El Planeta X y el Sexto sello

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El Planeta X y el Sexto sello

El mundo astronómico entiende por Planeta-X un objeto del Sistema Solar de tamaño superior a los planetas conocidos (quizás estrella enana marrón) del que existen diversas teorías e indicios sobre su existencia, pero que aún no se ha constatado visualmente. Otros nombres que ha recibido este potencial gran objeto son Nibirú, Némesis, Hercóbolus, etc.

La polémica sobre la probabilidad de su existencia se remonta a los últimos 50 años. Las facilidades de comunicación de Internet han reavivado la discusión global y a ella se han sumado gran cantidad de páginas científicas, exotéricas y de pseudo-interpretación bíblica. El debate carece de claridad y objetividad debido a los múltiples efectos colaterales e intereses asociados que un descubrimiento de esta magnitud tendría, especialmente si su órbita pudiera afectar a nuestro planeta. La actitud de las principales agencias espaciales silenciando sus actividades de investigación sobre el tema es un ejemplo del interés comprensible de los gobiernos en no alimentar especulaciones que puedan generar alarma social.

Paralelamente, uno de los argumentos que puede apoyar la existencia del Planeta-X está basado en el sexto sello del Apocalipsis. En efecto, éste sello parece narrar un conjunto de hechos que se pueden interpretar literalmente como una catástrofe astronómica asociada a un eclipse solar no provocado por la luna. La historia no ha reflejado anteriormente un hecho de esta magnitud. En términos de aproximación se han invocado la existencia de ciertos gráficos en tablillas sumerias y la interpretación de ciertos pasajes bíblicos como las plagas de Egipto (Éxodo capítulos 7 a 12) o el retroceso de la sombra en tiempos del rey Ezequias (Is. 38, 7). No obstante, ninguno de ellos llegó a los niveles de la catástrofe descrita en el Apocalipsis (Ap. 6, 12-18). Esto ha facilitado que las interpretaciones puramente simbólicas de este texto se hayan tomado como las únicas verdaderas.

En este estado de cosas, en el año 2004 se conoció la existencia de un Abstract o Resumen de 1991 que refleja un trabajo interno de la NASA, y que puede consultarse en la dirección http://adsabs.harvard.edu/cgi-bin/nph-bib_query?1991plas.rept…53H El trabajo está firmado por el Director del Observatorio Naval de Washington, como cabeza de un equipo investigador. A pesar de la brevedad del documento, queda de manifiesto:

1. La existencia de un proyecto interno de NASA para la búsqueda del Planeta-X desde varios años antes

2. La alteración comprobada de las órbitas de Urano y Neptuno hacia el Sur del plano de la eclíptica en el que giran los planetas como la Tierra.

3. La programación de una nueva campaña para fotografiar el Planeta-X y el lugar (Nueva Zelanda) y fecha (Abril-Junio) más adecuados para obtener el resultado

Partiendo de estos últimos datos, se muestran en la columna de la izquierda varios gráficos (haga click para aumentarlos) que ayudan a comprender el desarrollo del sexto sello del Apocalipsis en un sentido literal. Estos datos recientes parecen avalar por una vía independiente la revelación, realizada en diversas apariciones marianas de las últimas décadas, de un acontecimiento mundial denominado Aviso (Advertencia), y su coincidencia con el sexto sello, que marcará el comienzo del día de Yahveh en la historia, según el comentario de los hombres (Ap. 6, 18) ante lo que están viendo que sucede. Asimismo los datos de la NASA permiten deducir la época del año (Noviembre) en que se producirá este Aviso, aunque no el año concreto

El modelo interpretativo ayuda también a entender en sentido literal el capítulo 8 del Apocalipsis. La media hora de silencio al abrirse el 7º sello (Ap. 8, 1) sería la media órbita de la Tierra alrededor del Sol (6 meses) desde que ocurrió el eclipse (6º sello). El desarrollo de las 4 primeras trompetas sería fruto del encuentro de la órbita de la Tierra con la órbita de los detritus asociados al propio Planeta-X, a los 6 meses del Aviso. Antes y después de ocurrir los hechos de estas 4 trompetas sucederían las dos grandes señales en el cielo. La primera, la señal de la Mujer (Ap. 12, 1) o gran Milagro, tras los cinco meses que dura la picadura de las langostas (Ap. 9, 5). La segunda, la señal del gran Dragón rojo (Ap. 12, 3) o ascenso del Impío como falso salvador de un mundo en pleno caos.

Una estrella de paz anunció la venida del Mesías a los Reyes Magos. Una estrella de terribles consecuencias anuncia el ascenso del Impío a los científicos, nuevos magos de la historia.