Entrevista al poeta George Reyes

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Entrevista al poeta George Reyes

Entrevista por José Carlos Botto Cayo y Milagros Rivera

Nos encontramos con George Reyes, poeta, ensayista, crítico literario y editor de origen ecuatoriano que reside en México. Viene participando con nosotros en diferentes ediciones de Poetas del Bicentenario y en esta ocasión queremos conocer más de él y su poesía.

  1. ¿Quién es George Reyes?

George Reyes es un cristiano que, por encima de todas las  cosas, ama a Dios por ser de Él objeto de su misericordia; un poeta, ensayista, crítico literario y editor en peregrinaje y crecimiento constante como persona y creador literario, con una carrera teológica académica; un soñador de mundos mejores y alternos al actual que pareciera vencernos; un ser común y corriente.

  1. ¿Cómo se da tu acercamiento a la poesía?

Mi acercamiento a la poesía me viene por mi madre, ama de casa que me estimuló, incluso a la lectura pública de la poesía. Me viene también de una entrañable maestra de la época del colegio, Teresa León de Noboa, de quien admiraba mucho su sapiencia, su poesía y su cultura en el ámbito especialmente de las letras nacionales e internacionales; después de muchos años, le concedieron el Premio Nacional de Literatura por la Casa de la Cultura Ecuatoriana “Benjamín Carrión” de su matriz Quito, Ecuador.  La poesía me viene también de la entrañable profesora Ligia Judith Verdezoto, quien en los programas culturales de la escuela rural era yo prácticamente el declamador de poesía. Además, la poesía me viene de mis lecturas personales. Y, finalmente, en suma, me viene como un regalo de Dios, dador y creador de la belleza y de todo lo bueno para la humanidad.

  1. ¿Cuáles fueron tus primeras experiencias poéticas?

Publiqué por primera vez poesía en el periódico del colegio y en un magno recital de poesía programado por el mismo plantel de educación. Después vinieron asistencia a talleres y congresos de poesía en mis estudios a nivel universitario; en este tiempo también publiqué gran parte de mi producción de entonces en un diario de circulación nacional de Centroamérica.

  1. ¿Qué autores marcaron tu forma de ver el arte?

La ecuatoriana Teresa León de Noboa; los chilenos Gabriela Mistral y Pablo Neruda; la guatemalteca Margarita Carrera, Premio Nacional de Literatura y tantos otros más.

  1. En aquel punto inicial de tu vida ¿Cómo describirías la poesía?

Un discurso bello que, por llegar al corazón (no solo a la mente ni viceversa), el lector puede identificarse, entrando al mundo poético impreso en el verso.

  1. ¿Cómo sientes que ha evolucionado tu estilo?

Mi estilo y voz son líricos. Y ha evolucionado mediante la lectura de lo que creo es buena poesía. Cuando se es emergente uno tiende a imitar el estilo y la voz de quienes admiramos como poetas. Es a partir de las lecturas, talleres e incluso la lectura de crítica literaria formal e informal y la práctica de la misma, entiendo uno va encontrando su propia voz.

  1. De acuerdo a tu experiencia en el mundo del arte ¿Cómo ves al artista del siglo XXI?

El siglo XXI lo veo siempre como un siglo en que las letras siguen su caminar, pues en tanto haya soñadores humanos y haya sentimientos en los mismos habrá poesía; esto es  pese al intento de la tecnología y, con ella la inteligencia artificial, por aniquilar al ser o de hacerle perder la conciencia respecto a los límites entre lo natural y lo artificial. Este siglo es la era que nos corresponde a nosotros, quizás con un reto por una vanguardia no altiva, sino humilde, que sabe reconocer el aporte de las generaciones pasadas y sabe usar responsablemente la digitalización para una expansión más amplia del arte y la cultura.

  1. ¿Ha cambiado la concepción de artista con el paso del tiempo?

No considero que haya cambiado mucho la concepción de artista, si hablamos del artista de la palabra; este sigue siendo humano, inteligente, que, aunque siempre es un ser limitado e imperfecto, mediante su razón puede crear arte. Tal vez sean las plataformas de expresión las que hayan cambiado. Antes del boom del internet y la tecnología, el poeta daba a conocer su trabajo solo en formato de papel; ahora ese medio no es el único, pues las redes sociales pueden ser usadas como verdaderas plataformas de expresión.

  1. Bajo estas premisas, ¿Cuál es el rol del artista con la realidad de su espacio vital?

Si te refieres a asuntos políticos, estructurales, parto de la premisa de que la poesía lírica ni la llamada antipoesía —con todo lo que implica esta descripción de género— poco o nada puede contribuir en el mundo en cuanto a cambios políticos o estructurales se refiere; cualquier intento de hacerlo, resultará en frustración. En lo que el artista puede contribuir, como lo ha hecho hasta el momento, es contribuir al conocimiento; a la sensibilidad frente a los intentos de robotizar al ser; a la cultura entendida esta no solo como un conjunto de costumbres y valores propios de un conglomerado humano (que orientan las prácticas colectivas e individuales), sino también como elevación del espíritu y conocimiento para el ejercicio de la crítica.   Decía hace años atrás la poeta guatemalteca Margarita Carrera, Premio Nacional de Literatura, que enfocar el texto literario únicamente como producto de un momento sociohistórico determinado y observar los índices ideológicos que presenta este, es una postura bastante limitada y no del todo carente de ingenuidad desconcertante y escasa visión. Pero esto no significa que el arte, incluyendo la poesía, no pueda en algún momento, por ejemplo, enseñar, profetizar, decorar o ayudar en las relaciones sociales en un mundo poscristiano y hasta poshumanista como el actual.

  1. ¿Debe ser consciente o indiferente? ¿Por qué?

No debe ser indiferente, aunque su arte no cambie el mundo; el creador es eso, creador, y no otra cosa; así como la literatura es eso, literatura, y no manifestación de la superestructura de una sociedad (Margarita Carrera). Con todo, el ser humano fue creado por Dios para la interrelación con sus semejantes y con su contexto de vida; no puede vivir aislado e indiferente frente a la demanda de justicia y solidaridad. Pero, insisto, el arte no necesita ser justificado, tratando de proporcionarle  un sentido demostrado que “sirve para algo” como la de tener una función social o la de ser un arma de combate.

  1. Si hablamos de poesía ¿el artista es inspiración del momento o producto de una constante práctica?

La inspiración es un estado momentáneo. La creación poética continua es un deber del poeta; en este sentido, considero que es una práctica que cada vez se va refinando, aunque el poema perfecto siempre está en espera. Pero esto no quiere decir que en proceso de creación la inspiración, la emoción o el sentimiento no jueguen un papel decisivo; el equilibrio entre la razón y la emoción es necesario en el proceso de creación literaria. La poesía no es solo intelecto ni solo emoción o sentimiento.

  1. Cuéntanos de tu experiencia actual como poeta

Mi experiencia actual como poeta es compartida con el ensayo, la crítica literaria, la edición, la pastoral cristiana (soy Presbítero) y la docencia, última mediante la cual me gano la vida. Pero hablando de creación poética, mi experiencia ha sido y es hoy conjuntar tanto el intelecto con el sentimiento en ese género nada más querido u odiado: el lírico o del yo; pero es este género el que va dirigido a ese ser humano que no sabe dónde ocultar su sufrimiento, que ansía un poco de amor en un mundo de poca solidaridad.

  1. ¿Cómo ves el mercado editorial?

El mercado editorial está pasando por momentos críticos no solo por la pandemia que todavía azota al mundo, sino también por los altos costos y por el elitismo de las casas editoriales tradicionales; habría que tener presente aquí, además, el hecho de que la poesía siempre ha carecido de mercado. Indudablemente, esta situación ha dado espacio a las editoriales llamadas independientes, pero estas editoriales no siempre se libran de la tentación de publicar obras que no necesariamente llenan las expectativas de un lector exigente.

  1. ¿Qué ha cambiado en la época de pandemia?

Incluso la pandemia ha cambiado, como ya dijimos, las plataformas de expresión y hasta de encuentros literarios. Ahora son posibles los recitales, congresos y otras actividades relacionadas con la literatura de manera virtual, que antes obligatoriamente tenían que ser presenciales. En este sentido, por un lado, la difusión de la poesía estaba al alcance de unos pocos y, por el otro, esta misma difusión es mundial.

  1. ¿Cómo crees que esto influencie a la poesía?

Ya lo he mencionado: especialmente la poesía se ha beneficiado con las restricciones de la pandemia e incluso de los altos costos de viajes para congresos, recitales y difusión.

  1. ¿Cómo imaginas será el futuro?

Podría intuir. Pero Dios es el Señor. La fe, el amor y la esperanza siempre han ido de la mano en momentos críticos.

  1. Cuéntanos un poco de tus proyectos

Consolidar la Asociación Actuales Voces de la Poesía Latinoamericana (AVPL) que agrupa a algunos poetas internacionales que están proponiendo una renovación del lenguaje poético y de la forma del poema que llamamos Vanguardia Poética del Siglo XXI; sueño trabajar a la par de poetas que sean sensibles a la amistad sincera y al trabajo mancomunado, carente de competencia  encarnizada interna, empáticos con todos y donde haya espacio franco para escritores deseosos de trabajar y caminar juntos; hoy el trabajo mancomunado es necesario. Tengo previsto la publicación de algunos poemarios y un libro de ensayos inéditos.

  1. ¿Qué le dirías a un joven poeta?

Que luche por encontrar su propia voz poética; que se nutra de buena poesía; que lea buenos ensayos literarios y buenas críticas  literarias; y que cuando encuentre su voz sea humilde empático y reconozca que habrá otros que pueden superarlos. La ética también es relevante en la literatura.

  1. Para cerrar nos gustaría conocer que experiencias positivas y negativas te ha dado el mundo poético.

No sé si haya experiencias negativas cuando todo redunda para el crecimiento tanto personal como en el oficio de poeta. Aun las experiencias de traición o de ingratitud son experiencias que, aunque duelen, se deben aprovechar para el crecimiento personal, para madurar y ser humilde, no sintiéndote que estás por encima del compañero ni que tu discurso poético sea el único bueno o superior. Cuando hay una autoestima sana propia, se entiende que cada quien tiene su lugar en la literatura  y que se es un compañero en el camino de las letras;  no hay lugar, por lo tanto, para la competencia ni otras pasiones destructivas, aunque puedes estar tentados a ellas. Los grandes, los notables poetas, son los más sencillos y empáticos con todos.

Muchas gracias