“Un mundo para Julius” va al cine en el momento indicado para entender Perú
“Un mundo para Julius” va al cine en el momento indicado para entender Perú
“Lo primero que me interesa es que le guste a Bryce. La gente tiende a comparar (con la novela), pero imagínate la cantidad de Julius que hay en las mentes de todos los lectores. Van a ver una película del Julius que yo me hice en mi imaginación, es mi lectura”, dice Rossana Díaz, guionista y directora.
“Un mundo para Julius” fue “una ventana para entender” el Perú para la cineasta Rossana Díaz, quien está a punto de estrenar la película de la recordada novela de Alfredo Bryce Echenique, que llega a la gran pantalla “en el momento indicado” como espejo de las taras sociales que se han agudizado en el país.
Desde la mirada de Julius, el filme invita a la sociedad peruana a reflexionar sobre sus palpables desigualdades e injusticias y lo hace en un contexto “político complejo” que ha sacado a la luz, y sin fisuras, flagelos como el racismo y el clasismo, que parecen “no solucionarse de ninguna manera”.
Así lo aseguró Díaz Costa, la guionista y directora que ha hecho saltar de las páginas de libros al cine “Un mundo para Julius”, que se estrenará el próximo 11 de noviembre en las pantallas de Lima y provincias, coincidiendo con los 50 años de su publicación en Perú.
¿Cuándo y cómo te acercaste por primera vez a esta icónica novela de Bryce (1970)?
Tendría 12 o 13 años y fue la primera novela adulta que leí, la primera que me conmovió. Me explicó muchas cosas que yo no entendía. De alguna manera, me abrió una ventana y me explicó el Perú, de dónde venían tantas desigualdades, los tratos de las clases sociales… Todo esto desde un punto de vista muy tierno y muy doloroso, al mismo tiempo.
Y mientras estudiabas cine en Madrid, a principios de los 2000, pensaste en adaptarla a la pantalla grande.
Si, siempre la había imaginado película y estaba en un curso de guion adaptado. Me dijeron que estaba loca porque era un ejercicio y se me ocurrió llevar una película de más de 500 páginas. Me lancé a hacerlo y eso quedó como un tratamiento de guion, escondido en un cajón. Muchos años después hice mi primera película, “Viaje a Tombuctú” (2013), y en el 2015 encontré el proyecto: releí ese tratamiento y, sin ni siquiera pensar si se podía hacer la película, en un verano me escribí el guion.
¿Cuáles fueron los mayores retos en este proceso de adaptación de la obra literaria a la cinematográfica?
Para empezar, la longitud de la novela. Estás todo el tiempo luchando “incluyo esto, incluyo lo otro, estaré respetando el espíritu de Bryce o no, a Bryce le gustará o no”… Él me ha dejado completa libertad, pero hacer una adaptación es mucho más complicado que hacer un guion original, sobre todo porque es una novela tan importante. Es una responsabilidad enorme, una locura meterse a adaptar una cosa tan gigantesca.
Paralelamente a toda la etapa creativa, estaba tratando de conseguir el dinero y ha sido sumamente complicado. Al final ha sido una coproducción entre Perú (Tombuktu Films), Argentina (Machaco Films) y España (Visiona TV y Televisión Española).
La historia transcurre en los años 50 en la capital peruana y retrata la pérdida de la inocencia de Julius, un niño de la aristocracia limeña que parece nunca llegar a entender el mundo adulto, lleno de calamidades que aún están patentes en el país.
No hemos cambiado mucho como sociedad, es un poco lamentable. Ha habido una movilidad social importante, no es que no hayan cambiado absolutamente nada las cosas, pero siguen existiendo los grandes problemas que se reflejan en esta novela: el racismo, el clasismo y el machismo. Todos estos están también reflejados en la película y es Julius tratando de entender todo esto, en este microcosmos que es su casa, pero que de alguna manera también es el Perú.
Y creo que en ese momento que estamos pasando por problemas políticos complejos, que todo está muy polarizado, es el momento indicado. Es un momento para reflexionar acerca de nosotros mismos como peruanos, hacia dónde estamos yendo.
La cinta fue filmada íntegramente en Lima. Imagino que uno de los mayores desafíos de la producción fue la recreación de época.
Eso ha sido lo que encareció toda la producción. Nos costó mucho trabajo encontrar las locaciones, el vestuario… Ha sido un reto a nivel de arte y ha sido difícil también trabajar con niños. En realidad, algo muy bonito en esta película ha sido esta mezcla de actores muy profesionales (las peruanas Mayella Lloclla y Fiorella de Ferrari y el español Nacho Fresneda) y niños que no tenían absolutamente ningún tipo de experiencia.
Dijiste que lo sentías como una gran responsabilidad. ¿Te da medio no cumplir con las expectativas?
Lo primero que me interesa es que le guste a Bryce. La gente tiende a comparar (con la novela), pero imagínate la cantidad de Julius que hay en las mentes de todos los lectores. Van a ver una película del Julius que yo me hice en mi imaginación, es mi lectura.
De repente la gente no entiende la idea de licencia, obviamente la adaptación es un proceso de selección, de condensación, de trasposición de elementos literarios a elementos cinematográficos. Lo que importa es que se mantenga el corazón de la novela en la película y eso me parece que está y está la lectura desde el presente, también.