Los edificios del futuro harán que estés más sano gracias a las bacterias
Los edificios del futuro harán que estés más sano gracias a las bacterias
Basta ver algún capítulo de series como CSI o House para saberlo: los edificios pueden hacerte enfermar. Esos extraños pero existentes casos de envenenamiento por plomo o del llamado ‘síndrome del edificio enfermo’ son la demostración de que el interior de nuestras casas o de nuestras oficinas puede tener una desagradable sorpresa esperándonos.
Así, investigadores de todo el mundo se han propuesto darle la vuelta a la tortilla y convertir el interior de nuestros edificios en un sitio que, en lugar de hacernos enfermar, sirva para que nuestra vida sea algo más sana.
Para ello, primero tendrán que desentrañar algún que otro misterio y acabar con un prejuicio instalado sólidamente en la sociedad: aunque estemos obsesionadas con acabar con ellas, no todas las bacterias son malas.
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Las bacterias, mejor vivas
Diversos estudios han demostrado la ‘hipótesis de la higiene’, según la cual el aumento de las enfermedades autoinmunes y alergias se debe a la falta de exposición a ciertas bacterias y gérmenes en los primeros años de nuestras vidas. Así, la obsesión por la limpieza y por mantener nuestro entorno esterilizado, puede tener consecuencias negativas en nuestra salud.
Mientras tanto, esa corriente investigadora pretende aliarse con la arquitectura para diseñar los edificios del futuro y que estos sean, gracias a las bacterias, buenos para nuestra salud. Puede sonar peligroso y complejo, pero en realidad sería tan sencillo como construir los edificios del futuro dejando bacterias (beneficiosas) en su interior.
Antes de llevar a la realidad esta bioarquitectura del futuro, los científicos deberán analizar de forma exhaustiva qué bacterias pueden tener un impacto positivo en nuestro organismo y cómo interactúan con nuestro sistema inmune en entornos cerrados como el de una casa.
Así, hacer un inventario de los microorganismos que encontramos en un hospital –algo que ya se está haciendo- o en un edificio de oficinas puede permitir saber cómo es el mundo microscópico en el que vivimos y analizar si es saludable o podría ser mejor.
Bacterias como material de construcción
Más tarde llegará el momento de ponerse, literalmente, manos a la obra para incorporar esas bacterias beneficiosas para nuestra salud en el interior mismo de nuestras casas. Pero antes, los científicos deberán analizar otro aspecto relevante: ¿cómo interaccionan los gérmenes con los materiales de construcción?
Eso es lo que investiga desde la Universidad de Chicago Jack Gilbert, que examina el metabolismo de los microbios en las condiciones que encontramos en los espacios de interior. Rociando bacterias sobre diversos materiales de construcción como el acero, la madera o el cobre de las tuberías, Gilbert busca cambios en el comportamiento de las bacterias: cómo crecen y, en líneas generales, cómo se comportan, en función de la superficie en la que se encuentren, así como la temperatura o la humedad que haya en el ambiente.
A partir de ahí, la bioarquitectura deberá pasar a la realidad renovando los edificios ya construidos, sustituyendo algunos elementos por materiales impregnados con bacterias en su superficie y levantando nuevas construcciones siguiendo las pautas de esta corriente que quiere colar gérmenes en nuestras casas para que vivamos de una forma más saludable.
Por ahora, diversos estudios con ratones han demostrado que algunos de estos biomateriales podrían servir para disminuir las reacciones alérgicas o los ataques de asma.
No obstante, aún queda mucho tiempo para que esta corriente arquitectónica bacteriana sea realidad. A día de hoy, aún implica ciertos riesgos: cualquier error o descontrol de las bacterias podría desencadenar un verdadero problema en forma de brote de cualquier enfermedad bacteriana.
Ya hay, eso sí, una alternativa mucho más sencilla: todo puede empezar por poner más plantas e interior en tu casa. Eso es precisamente lo que algunos estudios pioneros en la bioarquitectura están haciendo con sus proyectos. Es el caso del centro de llamadas de emergencias de Nueva York que está actualmente en construcción en el Bronx y que contará con bioparedes: muros con plantas que filtrarán el aire gracias a los microbios de sus raíces, que se encargarán de eliminar las toxinas del aire mientras las plantas generan oxígeno para respirar.
Aunque queda mucho para que los biomateriales lleguen a nuestras casas, lo cierto es que no parecen estar muy lejos de hospitales y otras construcciones en las que las temidas bacterias sean las encargadas de cuidar nuestra salud.