El rock peruano
El rock peruano
La década de 1960: Los orígenes del Rock & Roll en el Perú
Las primeras bandas de rock surgieron a mediados de la década de 1950. Pero una banda denominada Los Incas Modernos editaron en 1963 uno de los primeros álbumes de rock peruano, un año más tarde con Los Saicos el rock peruano dio el gran salto. Esta banda se caracterizó por ser una de las primeras en Sudamérica que escribió sus propias canciones y en español. Hasta ese momento sólo se utilizaba el inglés. Su mayor éxito y que los inmortalizaría se llama Demolición, el cual ha sobrevivido hasta nuestros días, siendo reinterpretado años después por bandas como Leusemia o Eutanasia.
Otra banda muy importante de la década fue Los Shain’s, también formados en el 1964. Fueron influenciados por bandas como The Ventures, propias de un estilo surf rock estadounidense, para luego pasar a un estilo más psicodélico. Otra banda importante fueron Los York’s, quienes más bien eran influenciados por bandas británicas como los Rolling Stones y The Kinks. Llegaron a grabar cuatro LPs.
La Nueva Ola
Artículo principal: Nueva ola (música)
En la segunda mitad de la década del sesenta apareció lo que se conoce como la nueva ola, esta corriente musical se caracterizaba por un sonido simple y alejado de estridencias, diseñada para el consumo masivo. Hoy en día seria categorizada como música Pop. Las bandas más destacadas fueron Los Silverston’s y Los Doltons, quienes reinterpretaron un éxito de Frankie Wilson & The Cavaliers, The last kiss, cuya versión en español se llama El Último Beso que se convirtió también un éxito y sigue siendo interpretada hasta el día de hoy. Otra banda que destacó de este periodo fueron Los Belkings banda instrumental del Distrito de Lince que sigue presentándose hasta el día de hoy.
El idioma
Durante esta época la mayoría de bandas peruanas cantaban en inglés, lo cual, al principio de la década de 1960 trajo ciertos cuestionamientos. Los grupos más pop (Nueva Ola) cantaban en español y los grupos seguidores de un rock “auténtico” y fanáticos de los grupos extranjeros y las nuevas corrientes sicodélicas cantaban en inglés. Lamentablemente esto haría que mientras los grupos más populares, que cantaban en español, se hicieran a la vez más comerciales y complacientes, los grupos que cantaban en inglés se fueran progresivamente aislando y moviendo en un circuito más pequeño y subterráneo en los 70’s. Los argumentos que daban los grupos que cantaban en inglés, que incluía probablemente a las mejores bandas y músicos, era de que cantando en inglés tendrían la posibilidad de aspirar entrar al mercado de ventas norteamericano, y de que la métrica del idioma español no se prestaba al rock. Esta idea no cambiaría radicalmente sino hasta la invasión de rock argentino de los 80’s.
La década de 1970 y la dictadura militar
En 1968 se instauró en el Perú una dictadura militar encabezada por el General Juan Velasco Alvarado. Los argumentos centrales de su discurso remarcaban su carácter nacionalista y antiimperialista. Esto implicó una serie de medidas de rechazo a la penetración cultural yanqui en la que el rock se vio directamente afectado, ya que se consideraba un medio de alienación juvenil.
En primer lugar se prohibieron las matinales en 1969, que era la forma más fácil que tenían las bandas de rock para presentarse ante el público. Los medios de comunicación fueron confiscados y se dejó de transmitir el rock. La importación de equipos de sonido encareció con lo cual era casi imposible conseguir buenos equipos. Y finalmente, debido a la política internacional, el Rock peruano fue aislado de su conexión con la escena internacional.
Todo esto quedo expresado con la cancelación del concierto de Carlos Santana, cuando este se encontraba ya en el aeropuerto, que se iba a realizar en el Estadio de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos. El Gobierno no halló excusa mejor para evitar el espectáculo que la posesión de marihuana sumado a los disturbios creados por estudiantes de izquierda de la Universidad San Marcos.
Durante este periodo, surgieron orquestas de salsa, baladistas y grupos de música criolla que coparon el espectro de los medios. El rock estaba dominado por el Billboard norteamericano y las principales radios del país en ese género difundían música en inglés. Esta situación perduró hasta mediados de la década de 1980.
A pesar de todo algunas bandas lograron seguir adelante durante el periodo entre 1968 y 1972, como The St. Thomas Pepper Smelter, encabezado por Gerardo Manuel que se volvió uno de las bandas más populares de su tiempo. Luego, la banda Pax, encabezado por el guitarrista “Pico” Ego Aguirre antiguo miembro de Los Shain’s, se convirtió en la primera banda de Heavy Metal en el Perú. Otra banda importante fue We All Together quienes desarrollaron un estilo bastante melódico influenciado directamente de The Beatles y especialmente por Paul McCartney.
Pero la banda más importante de este periodo fue Traffic Sound quienes desarrollaron un estilo a veces hard rock y a veces psicodélico que luego se fusionó con ritmos andinos y afroperuana. Además fue la primera banda peruana que realizó una gira en el extranjero, llegando hasta Brasil y Argentina.
A principios de la década de los 70, también se formó Tarkus, otro banda de Heavy Metal el cual no tocó muchas veces en los escenarios pero si grabo dos discos. Durante este periodo además, surgieron los primeros intentos de la fusión entre el rock y ritmos latinos y peruanos, en busca de un utópico mestizaje cultural que sigue hasta nuestros días. En ese sentido encontramos bandas como Polen y El Opio que llegaron a hacerse conocidas incluso a nivel internacional.
La década de 1980 y el renacimiento del Rock Peruano
El renacimiento del Rock y la masificación
El inicio de la década fue marcado por el exitoso lanzamiento del LP Frágil a finales de 1981, producido por Pantel, el cual colocó al Rock peruano nuevamente en los medios de comunicación. El canal de televisión quería ingresar al negocio discográfico, pero sólo lanzó un LP más: The Elite, con selecciones de música en inglés, y luego desapareció. Otros temas de esa época fueron Patinando de las Rollets y El rock del vago del banda Hielo.
El movimiento rockero nacional tuvo un nuevo impulso al popularizarse el rock en español a partir de 1983 con Miguel Ríos y la incursión de Charly García y las bandas argentinas a partir de 1984. El fin del gobierno de Belaúnde y el comienzo del gobierno aprista marcan asimismo el inicio de una nueva popularización del Rock peruano. Ya en 1984, la banda Frágil había estrenado cantante femenina “Piñín” Folgado, de Argentina y bandas aún no muy populares como Dr. No, encabezado por Chachi Luján exmiembro de Telegraph Avenue, el ya nombrado Pax con Pico Ego Aguirre en 1ra guitarra, Coco Silva en bajo y voz, Juan Carlos Caipo en teclados y Nicolás Mantani en batería, TV Color con Danai Hohne, chilena, exmiembro del grupo peruano de trova Tiempo Nuevo, Alberto Chong, Alberto Chávez, Ernesto Samamé y Manuel Miranda, Toilet Paper, Hielo y otros, pululaban por los pocos conciertos que se hacían en el país, principalmente auspiciados por las radios más populares de Lima.
Es a partir de los conciertos de Charly García en la “Feria del Hogar” y especialmente a partir de diciembre de 1985, con el lanzamiento del video “Televidente” de la banda Río, que el Rock peruano marca su entrada definitiva a los medios de comunicación masivos y se convierte en un fenómeno popular. La popular banda de Pueblo Libre, despreciada por la clase alta, adorada por la clase media e idolatrada en las clases populares, fue el impulso que necesitaba el Rock peruano para ingresar por todo lo alto a casi la totalidad de medios de comunicación del país. A partir de ese momento tenían algo que hacer con el Rock nacional todos los canales de televisión, diarios, revistas y estaciones de radio, exceptuando las especializadas como RBC o Radio Mar. El surgimiento de RIO y de su primer LP “Lo peor de todo” a comienzos de 1986 impulsó el crecimiento del movimiento y el surgimiento de nuevas bandas en el espectro rockero.
Surgieron así bandas nuevas y algunas antiguas que se hicieron muy conocidas, como Feiser,Clip,Punto Negro, Dudó, S.O.S, JAS, Danai y Pateando latas,Imágenes, La Banda Azul, Paradero con Julio Andrade, solistas como Miki Gonzáles, Beto Danelli, Isis. En 1987, la banda Trama fue la primera en grabar fuera del país, marcando una pauta en cuanto a calidad de sonido, que había disminuido mucho en el país debido al silencio del periodo de 1975 al 1985, siendo también una de los pocas bandas nacionales que traspasó fronteras, haciéndose conocida en Chile, Bolivia, Colombia y Paraguay.
RIO asimismo logró inéditos niveles de popularidad fuera del país, como en el caso de Bolivia, donde el tema “Universidad cosa de locos” fue 16 semanas número uno a nivel nacional, record no superado hasta la fecha. Sus discos también se vendieron en Chile con varios top 10, Colombia, Paraguay y Ecuador entre otros. En 1989 fueron a Guadalajara en México y se presentaron en el programa Sábado Gigante en Santiago de Chile, y durante su presentación de ese año en la “Feria del Hogar” estrenaron el tema “Revolución” cuya letra enfrentaba abiertamente al movimiento terrorista de Sendero Luminoso.
La tremenda crisis económica del gobierno aprista, especialmente a partir del “paquetazo” de Abel Salinas en septiembre de 1988, hizo que la popularidad del rock empezara a decaer luego de estar en aquel momento en su cúspide cuando la banda Arena Hash logra ser el Nº 1 de ese año a nivel nacional de acuerdo al ranking denominado “La Más Más” que organizaba Radio Panamericana algo impensable hasta 1985, y para 1992 de la tremenda cantidad de bandas de la década anterior, sólo sobrevivieron unas cuantas, dando paso a una nueva etapa.
El Punk Rock y movimientos alternativos
El boom del Grunge y la comercialización de este dio nuevos brios al movimiento musical alternativo en el Perú, brios que alcanzarían a la escena punk limeña y de provincias. Para 1994 ya habían más de 300 bandas en Lima y en provincias las escenas de Tacna, Arequipa, Cajamarca, Cuzco y Huancayo se encaminaban a una consolidación como “movimiento”. 1995 fue un año prometedor, el DIY se hacia presente con la edición de material independiente por montones (y no solo en la escena punk) y con el regreso de la banda “leyenda” por esos años: Leusemia y su “A la Mierda lo demás”. Quizá la mejor época en cuanto a calidad musical, las bandas que destacan son: Combustible (punk rockbilis), Generación Perdida (de tendencia anarkopunk), Futuro Incierto (hxc punk) 3 al Hilo (rockandroll), Manganzoides (garaje punk psicodelico) e Irreverentes. Otras bandas que regresarían seria G-3, (regreso no tan celebrado dado que las revoluciones cayeron al sonido grunge, lo cual dejarían poco a poco para retomar el camino del hxc hasta su disolución en el 2000) y Voz Propia. Los finales los 90s se verían influenciado por la llegada del neo punk al perú, género que a la larga seria el predominante en la escena: nacen bandas como Asmereir, 6voltios, Dalevuelta y más.
La movida del «Rock Subterráneo»
Artículo principal: La Movida Subterránea
Los primeros años de la década de los 80 fueron los más intrincados y revueltos en el ambiente político peruano tanto por la recesión económica existente como por el avance inclemente del terrorismo. Situaciones como ésta generaron inestabilidad social y para la música peruana esto fue letal; las disqueras no producirían más a las bandas de rock pues no había dinero para concretar proyectos ni tampoco posibilidades que permitieran avizorar un futuro promisorio para el rock en el Perú. Es ese contexto que se gesta el movimiento subterráneo, un banda de jóvenes capitalinos que se siente al margen del sistema establecido que tambaleaba y esta a punto de colapsar, pero que pretendía, a pesar de ello, seguir dictando las normas; algo que estos jóvenes músicos no aceptarían pues querían experimentar cosas diferentes.
Si bien es cierto que la primera etapa del Rock Subterráneo tuvo la magia de la gestación, del nacimiento, de la rebeldía propuesta por sus miembros; en la segunda tuvo la magia de la madurez no sólo por la cantidad y diversidad de bandas, sino también por la producción de eventos y por los hechos políticos que tuvo que enfrentar para mantenerse vigente; fueron los años en los cuales hubo mayor represión, muertes, encarcelamientos y locura que de alguna manera terminaron por acorralar también a los subterráneos; muchas veces por equivocación o decisión propia sindicados como elementos disociadores. La separación y desaparición de varias bandas importantes de la escena fue inevitable.
En sus inicios, La Movida Subterránea era pequeña. Eran pocos los jóvenes que asistían a los conciertos, que se desarrollaban básicamente en las universidades por iniciativa de los mismos alumnos involucrados en el movimiento. Los conciertos subtes eran eventos en los que casi todos los asistentes se conocían. Las bandas que aparecían en ese momento como Narcosis, Guerrilla Urbana, Zcuela Cerrada, Leusemia, Autopsia, Éxodo, Kaoz,Eructo Maldonado, Voz Propia, Salón Dada, entre otras, no sólo manejaban criterios comunes, si no que además se conocían entre sí. El anarquismo, la rebeldía en abierta postura en contra del sistema establecido eran su marca de origen, pero su gusto por la música que la mayoría de gente en el país desconocía, despreciaba o no escuchaba era lo que más los unía.[1]
La movida subterránea manejaba un desarrollado código de amistad y lealtad entre sus miembros, lo que le permitió crecer rápidamente en la escena local. Cuando aparecen algunas publicaciones interesadas en difundir este movimiento contracultural, como la revista Ave Rock, es cuando se empiezan a gestar conciertos más grandes en lugares más abiertos al público como la desaparecida concha acústica del parque Salazar en el distrito limeño de Miraflores.
Pero básicamente se tocaba en el centro de la ciudad, en una pequeña taberna llamada “No Helden”, la misma que se convertiría en algo así como “la meca del rock subterráneo peruano”, un lugar por donde el paso era obligado para quienes se integraban a la escena, un lugar donde solo había espacio para la contracultura musical. Para muchos miembros de la escena subte en los 80, “No Helden” fue para el rock subterráneo peruano lo que el bar CBGB fue para el punk estadounidense a medidos de los años 70, o lo que en la misma década de los 80s fue “El Sargento Pimienta” de Miraflores para el mainstream nacional.
La música que hacían las bandas de la escena subte se grababa en casetes de audio a los que denominaban maquetas; éstas concebidas de manera artesanal por los propios músicos y vendidas por ellos no sólo durante sus conciertos, si no también de manera ambulatoria en una de las calles de la concurrida y céntrica Avenida La Colmena en el centro de Lima.
Hasta ese lugar, llegaban los jóvenes adeptos a este movimiento buscando comprar las maquetas editadas. Luego serían compartidas con los amigos más cercanos en prolongadas sesiones de escucha en la sala de alguna casa. Por entonces el lema “piratea y difunde” empezó a ser acuñado por algunos “subtes” buscando que su trabajo musical fuera escuchado por más gente.
Hacia el final del la década de los 80, con un gobierno calificado como catastrófico, no sólo la escena subte, sino otros proyectos culturales sobre todo de gente de izquierda, quienes se sentían muy cercanos e identificados con el movimiento subterráneo, desaparecen.
En medio de la crisis social existente en país, para el gobierno y los militares no había diferencias entre estas expresiones artísticas alternativas y el terrorismo. Si bien para los militares el rock no había sido asumido como un peligro social, la relación entablada entre gente de izquierda y La movida subterránea hizo que su percepción al respecto cambiara notablemente.
Esto motivó la protesta de algunos músicos, que asumieron posiciones ultra radicales o se declararon izquierdistas extremos.[cita requerida] La decisión de algunos pocos miembros de la escena “subte” de vincularse al accionar del grupo terrorista Sendero Luminoso, alentó las sospechas de las autoridades hacia los subterráneos y motivó que estos “disidentes rockeros”, murieran en enfrentamientos con las fuerzas del orden o fueran encarcelados de por vida.
También se destacaron bandas de estilos rockeros diferentes al Punk, bandas de rock progresivo, como Frágil, Madero Jaz, Temporal o Doble Gota, bandas de Rock Pesado como Óxido, Orión, Araña o la reconocida banda Mazo, con su clásico lema “Es hora de hacer la revolución con la cabeza y no con las armas” y bandas de metal underground, de la llamada escena metal peruana, como Kranium o Mortem.
La década de 1990
Es la década en donde aprecerían muchas de las bandas que años mas tarde serian las bandas reconcidas a nivel nacional e internacional como Libido , Madre Matilda , Cementerio Club , Mar de Copas , La Liga del Sueño tambien bandas locales muy representativas como Los Mojarras, La Sarita, Dolores Delirio, Los Adefesios, La Raza, Los imposibles , D’mente Común y otras. También el regreso de Leusemia. Tambien en aparece una de las bandas con una gran y fuerte influencia del movimiento que se vivia en esa decada (Grunge) , la banda Huelga de hambre
La década del 2000
Al iniciarse el nuevo siglo el Rock peruano, producto de la globalización en las comunicaciones, experimenta un gran avance, no sólo en el aspecto técnico y musical, sino también en la difusión a través de algunos medios de comunicación local que generan una apertura importante para la difusión del rock nacional y aceptan con un criterio “más integrador” que el Rock peruano es uno sólo, dejando de lado los conceptos que en la década de los 80 buscaban convencer al público que sólo el llamado rock comercial que editaban las casas discográficas formales y que tocaban las radioemisoras oficiales, podía ser considerado como Rock nacional y no así el que se hacía en el mundo independiente o underground.
La masificación y descentralización del Rock
Una suerte de “moda” por el rock nacional se instala nuevamente en el país, y la escena rockera local, históricamente desarrollada sólo en la capital Lima, empieza a dar igual importancia e impulso a las bandas que provienen de las provincias. Un ejemplo de ello son Grinder y Trémolo de Tacna el MONO y HechizoS Producciones haciendo conciertos tacneños, Uchpa de Andahuaylas, Por Dinero de Arequipa y Maresantos de Chiclayo, por citar sólo algunas de las que lograron exitosa figuración entre el público de la capital peruana llegando a tener presencia no sólo en los rankings de las radioemisoras “comerciales” de Lima, si no también a nivel internacional a través de la cadena musical MTV.
El apoyo que empiezan a brindar algunos medios de comunicación, permite que el público tradicionalmente interesado en nuevas propuestas musicales y seguidor de las bandas surgidas de la escena rockera independiente y alternativa, vea como estas abandonan paulatinamente la escena subterránea en la que vivían años atrás, para empezar a tener cabida en diarios, radios, televisión y en Internet. Estas bandas y artistas “underground” comienzan a ser tratadas con el mismo respeto e interés que se les brindaba a quienes pertenecían a los sellos discográficos formales.
Paralelamente, un importante sector de jóvenes en todo el país, empieza a saber de la existencia de bandas y artistas que por años, debido a su condición de “subterráneos” o “independientes”, jamás han gozado del apoyo de los medios en la difusión masiva de sus trabajos musicales. Es así que bandas como Leusemia, Dolores Delirio, Mar de Copas, Rafo Ráez, Cementerio Club, Cardenales, entre otras empiezan a “ser re-descubiertos” por miles de jóvenes que advierten la existencia de una escena rockera local mucho más grande y rica en contenido musical, que la que hasta entonces los medios de comunicación han mostrado “de manera oficial”.
Esto en parte es impulsado por los programas radiales independientes que aparecen al iniciarse esa década. Uno de ellos fue “Zona103”, conducido por el ex-periodista de noticieros de televisión y músico Juan Carlos Guerrero que se trasmitió entre 1999 y el 2003 desde la radioemisora estatal Radio Nacional del Perú.
Las transmisiones del programa fueron un éxito de sintonía a nivel nacional ya que más de un millón de personas lo escuchaban en todo el país. En él, la escena rockera local tuvo, como tantas otras veces en diferentes generaciones, en 40 años de historia del Rock peruano, un espacio en FM donde su música se transmitió sin ningún tipo de veto o condicionamiento al estilo y a los mensajes de sus canciones.
Fue la banda Leusemia, quizás uno de los más beneficiados con ese momento del Rock peruano. La emblemática “banda subterránea”, empieza a masificarse a partir de un memorable concierto gratuito; el primero en la historia de la radiodifusión nacional que el programa Zona103 consigue transmitir en vivo y en directo a todo el país desde el desaparecido auditorio de Radio Nacional del Perú y que al día siguiente es comercializado por los seguidores de la banda en versiones piratas en diferentes localidades del Perú. Con el apoyo permanente de este programa radial para difundir su música, el pensamiento de su líder y vocalista Daniel F, se convierte también en símbolo de quienes viven al margen de lo establecido dictado por la industria musical en el mundo.
Tres conciertos gratuitos más, organizados por el mismo espacio denominados “Radio Rock En Vivo”, con las bandas Dolores Delirio, Rafo Ráez y Los Paranoias y Mar de Copas son transmitidos también en vivo y en directo desde el mismo auditorio a todo el país; a estos se sumaría luego un Megaconcierto con 14 bandas en escena, también gratuito realizado en la vía pública por la misma radioemisora llamado “Nacional Sale a la Calle 2”. Más de 20 mil personas abarrotaron las primeras cuadras de la Avenida Petit Thours en el cercado de la capital peruana.
La magnitud de estos espectáculos consolida la fiebre por el Rock peruano y da vigencia al apoyo brindado por el espacio radial en mención; a partir de entonces la masificación del Rock peruano parece ser una realidad nunca antes vivida.
Ante este evidente éxito del Rock nacional, aparecen otros espacios en las FM. de todo país dedicados a apoyar al Rock nacional. En Lima, el actor y músico Sergio Galliani se apodera con éxito de las madrugadas en la desaparecida Radio América con su programa “Radioinsomnio”; la abrumadora sintonía del espacio lo convertiría luego en Tv Insomnio, un programa que garantizaba la exposición visual de las bandas locales en una importante televisora privada como es Frecuencia Latina. Lamentablemente, el espacio fue sacado rápidamente del aire por razones que nunca se hicieron públicas, pero que bien podrían apuntar al temor infundado de algunos sectores musicales formales, que siempre han visto con espanto el crecimiento del Rock peruano independiente. Sin embargo, Galliani supo convertir el éxito de su programa en exitosos conciertos masivos a los que denominó “El Desgraciadazo”.
Otro espacio importante para la difusión del Rock peruano fue el programa Distorsión en la televisora estatal TNP, era conducido por el ex-músico subterráneo y filósofo Pedro Cornejo Guinassi quien lleva adelante un espacio catalogado por la crítica local como intelectual. Este programa, sería repentinamente sacado el aire cuando las autoridades gubernamentales de entonces deciden declarar al rock como una expresión lejana a la cultura del Perú.
Igual suerte correrían en su momento el Zona103 de Juan Carlos Guerrero y Averoq que se transmitían por la señal estatal; Averoq fue también un espacio radial de apoyo al Rock peruano que gozó de buena sintonía y que condujo el músico subterráneo Piero Bustos, líder de la emblemática banda de los 80 Del Pueblo, quien encabezó protestas callejeras en contra del gobierno por el veto del que fueron objeto los programas en mención. El programa radial AveRock también realizó presentaciones en vivo de bandas de Tacna, Arequipa y Trujillo principalmente. En el auditorio de Radio Nacional los viernes se hacían presentaciones de bandas de provincias que no se habían realizado por ningún programa en aquellos años.
Pero antes de que sucediera esto, el Rock peruano experimenta momentos de éxito que los entendidos señalan no se vivían desde los años 60, época en la que era considerado el mejor rock de Latinoamérica. Para el año 2002, no sólo las radios independientes, si no también las llamadas radios comerciales, que tradicionalmente habían ignorado al rock local, sobre todo al proveniente de las canteras underground, tienen en su programación segmentos dedicados al Rock peruano.
El interés de los medios de comunicación lleva al diario El Comercio, el más antiguo e influyente del país, a editar una colección del Rock peruano en 4 discos compactos con los éxitos más sonados desde los años 60 hasta nuestros días.
Mención aparte merece Gerardo Manuel y su emblemático programa “Disco Club” que nos trajo por primera vez videos de grupos como KISS, Iron Maiden y Judas Priest al Perú a comienzos de los 80s, combinando con videos de rock peruano por ejemplo el ahora mítico video de Frágil “Av. Larco”, este programa fue el “alma mater” de los programas de rock que vinieron muchos años después, como el de Cucho Peñaloza y su “Tv Rock” con música en vivo y entrevistas, proyecto que comenzó algún tiempo atrás en su programa radial que tenia en Radio Miralofres con Claudia Cisneros, dado que Tv Rock se transmite el Television Nacional, tuvo una masiva concurrencia cuando se convocaba a los conciertos, como “Rock en el Parque”
A la aparición de realizadores visuales, alimentados por las nuevas tendencias artísticas que llegan a través de los programas musicales que transmite la señal de cable y alentados por la posibilidad de que sus trabajos sean expuestos en canales musicales de todo Latinoamérica se suma la necesidad de las bandas de rock local de tener exposición visual. Esta, es la conjugación perfecta para que se geste un pequeño mercado del video-clip rockero en el Perú. Un joven llamado Percy Céspedez, quien ha realizado algunos interesantes trabajos con bandas locales, se convertiría luego en el realizador más solicitado del medio gracias a que sus video-clips le permitirán a algunas bandas peruanas ganar premios en la prestigiosa cadena de música y videos MTV.
El sello discográfico internacional Sony Music Entertainment seleccionó a varias bandas independientes, en lo que parece ser “el momento soñado” por algunos artistas que buscan “la internacionalización” de su música. La transnacional produce el álbum “Raíz” de la emblemática banda Dolores Delirio, una de las agrupaciones que junto a Leusemia son parte fundamental de la escena subterránea limeña, aquella en la, que hasta entonces, jamás se fijó la “industria discográfica formal”.
Libido, otra banda independiente, que pasa a la historia por ser la primera en ganar premios internacionales otorgados por la cadena de música y videos MTV, es también seleccionada por Sony Music Entertainment y genera ventas que le permite obtener un disco de oro. Muchos pensaron que con el apoyo de la disquera en mención el Rock peruano iniciaría el camino hacia “la formalización” que le permitiera convertirse en una industria, al igual que en otros países de Latinoamérica. Lamentablemente, esto no sucedió.
Las bandas independientes
Pero hubo quienes prefirieron conservar su independencia musical y le dieron la espalda a las disqueras formales que ofrecían “interesantes contratos de difusión”. Ellos prefieren seguir siendo gestores de su propio destino y herederos directos de sus ganancias sin tener que lidiar con las reglas del mercado y menos aún con los directivos de las casas discográficas. Dos claros ejemplos de ello son Leusemia y Mar de Copas, convertidas para entonces en “bandas de culto” por sus miles de fanáticos que abarrotan sus conciertos y creían al igual que sus “ídolos” que “no necesitan de los medios ni las disqueras para existir y mantener su éxito”, el tiempo terminó por darles la razón.
Mar de Copas, parece haber tenido una experiencia poco alentadora con su primer álbum editado por el desaparecido sello El Virrey por lo cual decide producir sus propios discos. Por su parte Leusemia, a pesar de haber batido record de ventas en 1985 con una edición limitada de su primer álbum también llamado Leusemia editado también por el mismo sello, ha decidido nunca más estar inmerso “en el sistema discográfico formal”, al que considera “manipulador y abusivo con los artistas que se integran a él”; “…Deforma la imagen del artista…” ha dicho en reiteradas entrevistas Daniel F.
Sin embargo, ambas bandas dejan de lado, en parte, su tradicional postura de no buscar aparecer en radio y televisión y no desaprovechan los beneficios de ser difundidas por los programas de Rock nacional existentes en los medios locales.
Cabe señalar que, la llegada y bajo costo de las nuevas tecnologías en el Perú de finales de los 90, ha convertido al Rock peruano de la década del 2000 en una escena artística mucho más autogestionaria que antes, ya que puede, si así lo desea, vivir al margen de la industria discográfica formal produciendo su música en su propia computadora o estudio portátil, con la misma competencia y calidad que los sellos discográficos establecidos.
La Piratería
La nuevas tecnologías y los malos manejos de las “familias” empresariales que controlaron la exitosa industria fonográfica peruana durante cuatro décadas, fueron aprovechadas por quienes alentaron “la piratería discográfica”, que creció incontrolable y terminó por sacar del mercado tanto a sellos discográficos nacionales formales, que la fomentaron en sus inicios con el fin de evadir impuestos y pagos de regalías a los artistas, como a las disqueras independientes y perjudicó las ganancias de los artistas locales. Empresas como Sony Music Entertainment, Warner Bros, BMG, que se habían independizado de las disqueras nacionales como una tabla de salvación final, abandonaron el país y otras nacionales como Iempsa se declararon en quiebra. Actualmente no existe industria discográfica en el Perú, no existe voluntad de ningún gobierno para acabar con el problema (han pasado 4 gobiernos desde que empezó), los niveles de piratería llegan al 99% y los artistas nacionales reciben cifras casi nulas por sus trabajos. La piratería también afecta la creación musical y la evolución cultural, ya que no existe rentabilidad en la composición al no haber regalías qué cobrar, sólo los intérpretes sobreviven al poder presentarse en vivo y cobrar, mientras los derechos fonográficos del archivo musical del Perú, compuesto en su mayoría por cintas de 1/4″ pasa de mano en mano por particulares y herederos de las antiguas disqueras y tiene destino incierto, lo que llevará inevitablemente a su destrucción y desaparición.
Referencias
1. ↑ Cornejo, Pedro: “Alta Tensión: Los Cortocircuitos del Rock Peruano”. Pp. 66. Ed. Emece ediciones. Lima 2002.
Fuente: https://es.wikipedia.org/wiki/Historia_del_rock_en_el_Per%C3%BA