Rock Argentino: Los primeros pasos

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Rock Argentino: Los primeros pasos

Corre aproximadamente el año 1964 época en que muchos jóvenes de pelo largo se vuelcan hacia las playas más desconocidas y salvajes como una forma de reencuentro con la naturaleza para algunos o siguiendo alguna línea intelectual llegada desde el exterior, para otros, lo importante es que la juventud comienza a tomar partido por un cambio de vida.

    Una de las playas visitadas es Villa Gesell, lugar que sin proponérselo se volvería un referente juvenil, por allí deambulaba Pajarito Zaguri y sus canciones de protesta, lo que le traería problemas con el comisario de Villa Gesell, que le advierte “que se portará bien”, lo que por aquellos días significaba no tentar a la suerte por lo que Pájarito ya no pisaría Villa Gesell.

    Mientras tanto, en Buenos Aires, la hoy recordada Cueva de avenida Pueyrredón seguía siendo un lugar sólo para aquellos fanáticos del Jazz ó músicos de este género. Aún se llamaba Passarotus. Las reuniones que un par de años después serían tan comunes, por estos días solo se daba entre los músicos de Jazz como Bernardo Baraj, Ricardo Lew, Jorge Navarro, el gordo Caceres y Nestor Astarita.

    También había una pequeña avanzada de músicos de rock como Morís, Javier Martinez, Pájarito Zaguri y Pipo Lernoud que comenzaban a mezclarse con los músicos de Jazz.

Pero Buenos Aires no era el único lugar con jovenes inquietos que veían en la música una forma de llevar su mensaje a la gente. Si no, no tenemos más que echar una mirada a Rosario Provincia de Santa Fé, a unos 300 kms de Buenos Aires, dónde ya había una banda de músicos, que contaba con seguidores propios.

Ellos eran los Wild Cats, la banda número uno (1) de Rosario y era además la banda a la que aspiraba entrar un compositor y músico con mucha experiencia, Litto Nebbia, pero era muy joven todavía, tenía solo trece (13) años, se moría de ganas de pertenecer a los Wild Cats, Litto lo cuenta así:

    “… Yo empecé a laburar profesionalmente a los 8 años, con mis viejos.
Cantábamos boleros en la época de Agustín Lara, Ortiz Amado y tangos melódicos viejisimos…a los 13 años abandoné el colegio, y entre en el primer conjunto de música eléctrica.
Ya tenía mis primeras canciones escritas y entonces encontraba una necesidad. Había en Rosario (provincia de Santa Fé) muchos conjuntos -como en todos lados- influenciados por grupos Mexicanos de rock. Aquí lo comercial eran los Pick Ups, Jacky y Los Ciclones… y tenía para elegir entre eso y las canciones de Enrique Guzman con los Teen Tops.
Los Wild Cats precisaban un cantante, pero yo no era lo que ellos esperaban, querian que modulara como Elvis Presley o Gene Vincent… Pero finalmente Ciro Fogliatta me vino hablar y me metí con ellos, me volvía loco porque ese era el conjunto número 1 (uno) de Rosario.”

Extraído de – Los Gatos – Revista Canta Rock Nro 1, Veinte años de Rock Nacional. Pag. 19 Impresa 1-11-85, Publicación Zafeta S.A.

    A todo esto en Buenos Aires Morís junto a tres socios deciden probar suerte abriendo un bar en Villa Gesell, en la costa de la Provincia de Buenos Aires era los dias finales de 1964.
    Así que abre sus puertas el “Juan Sebastián Bar”, además de Morís también estaba Javier Martínez que invitado por Morís se traslada a la costa, es así que de la nada y sin proponérselo nace el embrión del grupo que se conocería como “Los Beatnicks”. En esta primera formación además de Morís y Javier Martínez estaba Rocky Rodríguez e Ivan.
Sobre esta etapa cuenta Morís

    “…Si. Nos fuímos con Javier Martínez. El se llevó una bateria con 2 bombos, que en ese momento era una novedad total, y Yo me lleve una guitarra estereofónica que me había construido.
    Le había puesto una pastilla para las tres cuerdas de arriba y otra para las de abajo, y con eso nos evitábamos el bajista que era muy difícil encontrar uno bueno en esa época.
    En Gesell alquilamos un local y le pusimos el Juan Sebastián Bar, lo arreglamos todo y la primer noche que abrimos no había nadie. De repente el Embajador de Suecia que estaba ahí a una cuadra, entro a tomar algo y pidió champagne ! Tuvimos que salir corriendo a comprar un champagne para darle al embajador. !
    En muy poquito tiempo empezamos con Javier a tocar y hacíamos un poquito de rock, bolero … ahí ya estaban Ivan y Rocky Rodríguez, que tocaba el bajo. Me acuerdo que Rocky tenía el pelo muy pero muy largo y no se lo quería cortar.
    Mientras nosotros tocábamos, Actemín, uno de los plomos de Los Gatos, pintaba leyendas en las paredes que decían – No hace falta un prófeta, hacen falta 3000 millones de profetas – Ford no puede fabricar una mandarina – .
    Era una especie de happening post-moderno aunque nosotros no teníamos idea que eso era moderno, éramos gente que hacía lo que le parecía. Ahí en Gesell armamos Los Beatnick. Cuando volvemos se van Javier, Ivan y Rocky y con Pájarito rearmamos la banda y empezamos a pensar en la ropa y en la promoción …nuestra consigna era – PAZ, AMOR LIBRE Y ANTIMILITARISMO – Ahora eso es muy común, pero en ese momento género que se nos acercaran revistas, gente y medios a ver que había ahí, quienes eran estos tipos, y se encontraron con nosotros cantando canciones de protesta, de amor libre.
    En ‘REBELDE’ la letra decía
/ Porque la gente quiere luchar aproximando la guerra nuclear
/ Cambien las armas por el amor
/ Y haremos un mundo mejor
/ Rebelde me llama la gente
/ Rebelde es mi corazón
/ Soy libre y quieren hacerme esclavo de la tradición
/ Todo se hace por interés porque este mundo esta al revés.

    Era raro, la gente no hablaba de eso. Nosotros queríamos vivir la vida, hacer nuestra la experiencia y no teníamos ninguna idea de grabar, tener éxito, dar entrevistas… era todo muy novedoso y aparte no éramos copia de los Beatles ni de los Rolling Stone, teníamos el pelo corto y nos vestíamos con sandalias, camperas de plástico negro y pantalones de corderoy. . . . “
Extraído del libro, ‘Historias del Rock de Acá’, editorial AC y Ezequiel Avalos. Pag 26 y 27.

    A todo esto otro personaje llamado Billy Bond comienza a hacer de las suyas en La Cueva o como el mismo lo cuenta en un reportaje:
    ” . . .Cuando con Los Guantes Negros (banda formada Ricardo Lew, Willy Verdaguer Walde que era un báterista profesional y Billy Bond, banda imitación de los Beatles) estaban en lo mejor época de su suceso, yo frecuentaba un lugar en la calle Pueyrredón que se llamaba La Cueva de Passarotus, que era un lugar donde se encontraban los músicos de Jazz, Astarita, Alchourrón, todos esos tipos tocaban Jazz en ese lugar.
    Como lo que a mí personalmente me gustaba realmente era el Jazz porque es la madre del rock, la madre del blues y la madre de todos, lo que iba a escuchar era eso, pero funcionaba solamente dos días por semana.
    En una de esas idas conocí al encargado del lugar, de nombre Bravo, entonces con él, Carlitos Carnaza, que era bajista de Las Sombras y con un peluquero amigo mío que no tenía nada que ver con nada, hicimos un acuerdo, una especie de sociedad para explorar ese lugar y hacer una Cueva Beat.
    Ahí reformamos La Cueva entera, pasamos papel en las paredes, las pintamos, en esa época ya se escribía en las paredes, no con spray pero ya se escribía.
    En esa jugada nos mantuvimos, me acuerdo que lavamos y limpiábamos, ahí Carnaza y este chico amigo decidieron traerlo a Sandro para que viniera a frecuentar el lugar y Sandro se hizo amigo nuestro, pero tipo así de tocar hasta las 6 de la matina. Nosotros hacíamos eso porque como Sandro era famoso, conseguíamos notas.
    Ahí viene la famosa historia de que Sandro era dueño de La Cueva y se sacó unas fotos allá.
    Al principio de La Cueva tocaban Las Sombras y Sandro venía a veces los viernes o los sábados a las 3 de la matina después de los shows y de repente subía y tocaba algo, entonces se empezaron a juntar todos los músicos, se juntaron Las Sombras, los músicos de Sandro, Los Guantes Negros y empezó y empezó a crecer la bola.
    Empiezan a venir Los Shakers, Pájarito Zaguri, que era un cajetilla, venía de Africa con smoking, Morís, el gordo Martínez, que era empresario mío antes de los Bobby Cats, Javier Martínez. Ahí terminábamos de tocar a las 5, 6 de la matina y nos íbamos a pasar el día a un motel que tenía el padre de Javier porque terminábamos de resaca. Tanguito también aparecía, pero no entraba mucho a La Cueva porque era menor de edad, igual que Medina. Pasa el tiempo hasta que alguien nos pone una bomba, me acuerdo que cuando explota yo estaba atrás de todo y estaba lleno de gente, serían bombas de efecto pero dos veces nos tiraron una bomba.
    Llego un momento que la policía venía todos los días, se puso insoportable y los chicos, en vez de parar en la esquina empezaron a encontrarse en La Perla del Once (pizzeria que se encontraba frente a la estación de tren Miserere).
    En ese momento Cacho Abbas que tocaba la guitarra en los Guantes Negros, nos quiere llevar a todos a San Pablo. Yo le digo que no porque no sabía el idioma, y se van Willy Verdaguer, Tonio Sanas, Raúl Frias, que era baterista de Los Sombras, y otros más de los que venían a La Cueva. Ellos se convierten en Os Beat Boys, tienen un gran suceso en Brasil y son tope del movimiento de la nueva ola. …”

Extraído del reportaje realizado por Ezequiel Avalos, del libro ‘Historias del Rock de Acá’. editora AC y Ezequiel Avalos, noviembre de 1995.