La profecía del Aviso de Garabandal es semejante a la narración de los hechos del Sexto Sello del Apocalipsis
La profecía del Aviso de Garabandal es semejante a la narración de los hechos del Sexto Sello del Apocalipsis
Se entiende por Aviso el conjunto de hechos casi simultáneos y de carácter mundial con que da comienzo el Día de Yahveh. La finalidad de este conjunto de sucesos es la conversión del corazón de los hombres, pues la apostasía entonces será generalizada.
El Apocalipsis describe con detalle los diferentes aspectos, que conforman un episodio de intensidad única en la historia:
Los aspectos relativos a la naturaleza y espirituales están descritos en el sexto sello (Ap. 6, 12 ss)
Los aspectos relativos a los hechos sociales, tanto civiles como eclesiales, están descritos en la quinta trompeta (Ap. 9, 1-12)
Ambos quedan unidos temporalmente por el oscurecimiento del sol, que es a la vez físico (eclipse) y espiritual (cisma). Las siguientes citas de la Sagrada Escritura describen los diferentes aspectos del evento:
Primera catástrofe astronómica en la historia
Cuando abrió el sexto sello, se produjo un violento terremoto; y el sol se puso negro como un paño de crin, y la luna toda como sangre, y las estrellas del cielo cayeron sobre la tierra, como la higuera suelta sus higos verdes al ser sacudida por un viento fuerte; y el cielo fue retirado como un libro que se enrolla, y todos los montes y las islas fueron removidos de sus asientos (Ap. 6, 12-14)
Sucederá aquel día – oráculo del Señor Yahveh – que yo haré ponerse el sol a mediodía, y en plena luz del día cubriré la tierra de tinieblas (Amós 8, 9)
Hecho espiritual insólito
Los reyes de la tierra, los magnates, los tribunos, los ricos, los poderosos, y todos, esclavos o libres, ven algo ante lo cual piden: ocultadnos de la vista del que está sentado en el trono (Ap. 6, 15-16)
Ante lo que toda la humanidad ha visto en la naturaleza y en su interior afirman: ha llegado el Gran Día de su cólera (Ap. 6, 17)
Cisma eclesial
Tocó el quinto Ángel… Entonces vi una estrella (los sacerdotes tienen la luz) que había caído del cielo a la tierra. Se le dio la llave (recuerda a la de San Pedro, pero…) del pozo del Abismo. Abrió el pozo del abismo y subió del pozo una humareda como la de un horno grande, y el sol (el Papa, estrella principal) y el aire se oscurecieron (lo eclipsaron, al tiempo del otro eclipse natural) con la humareda del pozo (Ap. 9, 1-2)
¡Hiere al pastor, que se dispersen las ovejas, y yo tornaré mi mano contra los pequeños! (Zac. 13, 7)
Pues he aquí que yo voy a suscitar en esta tierra un pastor que no hará caso de la oveja perdida, ni buscará a la extraviada, ni curará a la herida, ni se ocupará de la sana, sino que comerá la carne de la cebada, y hasta las uñas les arrancará (Zac. 11, 16)
Guerra
La apariencia de estas langostas era parecida a caballos preparados para la guerra (Ap. 9, 7)
Será al fin de los días; yo te haré venir entonces contra mi tierra para que las naciones me conozcan, cuando yo manifieste mi santidad a sus ojos, a costa tuya, Gog (Ez. 38, 16)
Al poco tiempo de ocurrir el Aviso, entre una semana y un año después, sucederá una nueva señal para ayudar al proceso de conversión de los hombres: el mayor Milagro de la historia.