El experimento fallido de CNET con bots redactores pone en alerta al periodismo digital

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El experimento fallido de CNET con bots redactores pone en alerta al periodismo digital

Jose Carlos Botto Cayo

El pasado mes de enero, el popular portal tecnológico CNET provocó conmoción y debate en el mundo del periodismo digital al revelarse que había estado publicando de forma discreta decenas de artículos escritos íntegramente por inteligencia artificial.

Inicialmente, la empresa defendió la controvertida jugada como una mera “prueba”, descrita en términos inocuos como buscar “asistir” el trabajo de sus editores humanos. Pero el experimento no resultó como se esperaba.

Tras el entusiasmo inicial por la sorprendente lucidez de los textos producidos por los bots informativos, el personal de CNET ahora debe lidiar con la ingrata tarea de corregir los frecuentes errores que pasaron desapercibidos en el proceso editorial.

El más reciente traspié vino al destaparse imprecisiones garrafales en artículos sobre finanzas personales escritos por la IA. Uno de ellos afirmaba erróneamente que una inversión de 10.000 dólares rendiría 10.300 dólares tras un año con interés del 3%, cuando en realidad rendiría sólo 300 dólares según los principios básicos del interés compuesto.

Este tipo de reportes defectuosos llevaron a CNET y su sitio hermano Bankrate a publicar avergonzadas aclaraciones sobre la revisión en curso de todo el material producido por inteligencia artificial, con la promesa de corregir cualquier información imprecisa encuentren en el proceso.

Inteligencia artificial en el periodismo moderno

¿Falla humana o de los algoritmos?

Expertos en tecnología señalan que este fracaso pone en evidencia riesgos poco considerados en la implementación apresurada de IA para tareas creativas como el periodismo.

Por un lado, destacan el peligro de que los editores humanos depositen demasiada confianza en el trabajo de los bots ante la falsa impresión de “autoridad” que irradian estos artificios automatizados.

“Me pregunto si la voz de IA aparentemente autorizada hizo que los editores bajaran la guardia y fueran menos cuidadosos que con un periodista humano”, indicó Hany Farid, profesor de la Universidad de California Berkeley.

Por otro lado, señalan la limitación intrínseca de bots que, por sofisticados que sean, carecen de pensamiento crítico y capacidad para realizar entrevistas o investigaciones propias. Sus notas pecan de falta de originalidad, siendo un mero ensamblaje de información existente.

Si a esto se suma una supervisión humana relajada, el resultado son reportes con omisiones y errores que terminan requiriendo enmienda, como sucedió en CNET.

No son los primeros, pero fueron muy lejos

Cabe destacar que CNET no es el primer medio en implementar algún nivel de automatización de contenidos noticiosos. Desde 2014, la agencia AP viene usando IA para producir de forma automática artículos sobre resultados financieros de empresas y resúmenes deportivos.

Pero en esos casos se trata de sistemas limitados, que simplemente insertan datos en plantillas predefinidas.

El experimento de CNET fue un paso más allá al utilizar bots capaces de redactar piezas informativas de principio a fin sobre una amplia variedad de tópicos. Su ambición desmedida por robotizar parte importante del proceso creativo terminó jugándole en contra.

El futuro del periodismo en la era de los bots

Más allá de este tropiezo, el caso reaviva el temor sobre el impacto potencial de la automatización en el ya golpeado campo del periodismo tradicional. Si bien aún se está lejos de bots que puedan reemplazar completamente el criterio y creatividad humana, su rápida evolución preocupa a una industria que viene sufriendo recortes y ajustes desde hace años.

Sumado a la migración de lectores y recursos publicitarios hacia plataformas digitales, la irrupción de la inteligencia artificial se presenta para algunos como una nueva amenaza a la supervivencia de las salas de redacción tal como las conocemos.

Por ahora, el traspié de CNET evidencia que los bots informativos tienen aún un prolongado camino de perfeccionamiento por delante antes de estar a la altura de la capacidad humana. Pero nadie duda que su desarrollo futuro transformará para siempre el oficio periodístico.

El gran desafío será encontrar la manera de capitalizar responsablemente el potencial de la IA como herramienta para potenciar y complementar el talento humano, no para reemplazarlo. Casos como el de CNET constituyen dolorosas lecciones que deben tomarse en cuenta a la hora de navegar esta incierta transición.