Recordando los conciertos por el pueblo Kampuchea
Recordando los conciertos por el pueblo Kampuchea
Aprimeras horas de la mañana del 25 de diciembre de 1978, día de Navidad en occidente, 13 divisiones del ejército de la República de Vietnam, compuestas por un total de 150.000 soldados, con respaldo de artillería pesada y de unidades aéreas de combate iniciaron la invasión de su vecina Camboya, donde desde 1975 se había instalado la llamada República Popular de Kampuchea Democrática, dirigida por los Jemeres rojos liderados por Pol Pot. Sin apenas encontrar una resistencia significativa, dos semanas después las tropas vietnamitas entraron en la capital, Phmom Penn, ocupando dos tercios del país y derribando el demencial régimen de los Jemeres rojos.
No obstante, Pol Pot y muchos de sus seguidores junto a una parte del ejército leal a los Jemeres rojos se reagruparon en la zona noroccidental del país, ocuparon y se atrincheraron en amplias zonas agrarias e iniciaron una guerra de guerrillas contra el ejército y el gobierno pro-vietnamita con el apoyo económico y militar encubierto, aunque parezca increíble, de Estados Unidos y China, potencias interesadas en debilitar la hegemonía vietnamita en el sudeste asiático. El conflicto agudizó la ya de por sí catastrófica situación de Camboya, cuya estructura económica había sido devastada durante el régimen de Pol Pot y que enfrentaba en el otoño de 1979 una grave emergencia humanitaria ante el riesgo inminente de millones de muertes por hambre, enfermedades, falta de medicamentos y ausencia de agua potable, al margen de las víctimas de los enfrentamientos armados.
Paul McCartney, consciente de la gravedad de la situación, decidió poner en marcha una iniciativa solidaria al estilo de lo que habían sido los festivales por la paz en los años 60 en América o los conciertos en solidaridad con Bangladesh que organizó George Harrison en 1971 en Nueva York. Así nacieron los míticos “Concerts For The People Of Kampuchea”, de cuya celebración se han cumplido 40 años en estos días y que tuvieron lugar en el Hammersmith Odeon de Londres los días 26,27,28 y 29 de diciembre de 1979, contando con el apoyo y la implicación directa del por aquel entonces secretario general de las Naciones Unidas, Kurt Waldheim. Ante la urgencia de la situación, y siendo imposible en pleno invierno utilizar un estadio de fútbol para hacer un gran festival de un solo día, máxime al coincidir con el boxing day, se optó por utilizar un local de aforo más pequeño como el Odeon, pero en una serie de 4 conciertos consecutivos.
Cada una de esas cuatro noches fue mágica. Los grupos lo dieron todo en sus conciertos, al celebrarse en días de vacaciones de navidad hubo “sold out” en los cuatro shows y de hecho, de estas jornadas salió un excelente triple álbum en directo, “The Concerts For The People Of Kampuchea’”que se puso a la venta en marzo de 1981 más un documental.
La primera noche Queen hicieron una actuación simplemente sensacional, de las que por sí sola justifican el mito creado en torno a ellos. Combinando en su set muchos de sus más conocidos hit-singles – “Somebody To Love,” “Bohemian Rhapsody,” “You’re My Best Friend”- y temas que causaron en directo un formidable impacto -“39,” “I’m in Love With My Car,” “Death on Two Legs”- este concierto se recuerda como uno de los más emotivos e intensos de este periodo de su carrera. Impresionante la interpretación a capella de “Somebody To Love” por parte de Freddy Mercury y el apoteósico final con “We Will Rock You” y “We Are The Champions”.
El 27 de diciembre la velada comenzó con Ian Dury y los Blockheads. Dada la naturaleza del evento, no tocaron su archiconocido “Sex & Drugs & Rock & Roll”, aunque la gente disfrutó de sus versiones en vivo de “Reasons to Be Cheerful” y “Hit Me With Your Rhythm Stick”. Tras el set de Matumbi, The Clash, quienes habían lanzado su ahora legendario “London Calling”, dos semanas antes, tan solo tocaron dos temas de su aclamado opus, aunque su enérgica actuación siempre se recordó como otra de las más vibrantes.
La banda que abrió el 28 de diciembre eran unos desconocidos que aún no habían lanzado su álbum debut, aunque les precedía una excelente reputación como banda de directo que se cimentó todavía más esa noche. Los Pretenders de Chrissie Hynde sorprendieron a toda la audiencia con un set que incluyó futuros clásicos como “The Wait”, “Precious”, “Mystery Achievement”, “Tattooed Love Boys” y por supuesto, “Brass In Pocket”. Su álbum homónimo, lanzado a mediados de enero de 1980, entró directo al nº1 de los charts británicos, donde permaneció durante cuatro semanas. Tras unos muy aplaudidos The Specials, un set de 25 canciones de los Who marcó un momento álgido dentro de los conciertos de Kampuchea. Además de maravillosas interpretaciones de clásicos como “I Can See For Miles”, “Substitute” o “5:15”, siempre se recordará la alocución de Pete Townshend. Entre “Won´t Get Fooled Again” y “The Real Me”, se dirigió a la gente en estos términos: “Supongo que habéis visto la BBC. Por eso es importante que con vuestro dinero podamos ayudar a los camboyanos y que penséis esta noche cuando salgáis de aquí que vuestra vida es feliz, que tenéis vuestra pinta en el pub, vuestro fish and chips, vuestro burger, mientras que ellos arrancan las raíces de los árboles para poder llevarse algo a la boca y no morir de hambre. Si además de pagar el ticket esta noche sois capaces de acordaros de toda esa gente, entonces todo ésto tiene algún sentido… y está bien, así que ¡vamos! ¡Esto es Rock´n´roll!”.
Dave Edmunds y Nick Lowe al frente de Rockpile abrieron la última noche tras Elvis Costello & The Attractions con un invitado de excepción: Robert Plant, frontman de Led Zeppelin, se unió a ellos para hacer con ellos una versión del clásico de Elvis Presley, “Little Sister”. Aunque naturalmente el protagonista de la noche final fue el organizador del concierto, Paul McCartney. La banda que montó tras la separación de los Beatles, Wings, había lanzado su último álbum a principios de ese año y este resultó ser su concierto final. Su set incluyó una selección de canciones de los Beatles, abriendo con “Got to Get You Into My Life”, con temas de Wings y de la carrera en solitario de Macca, como “Every Night” de su debut en solitario de 1970. Y para cerrar a lo grande, una irrepetible jam-session bajo el nombre de Rockestra, la cual incluía entre otros a tres miembros de Led Zeppelin (Plant, John Bonham y John Paul Jones), Pete Townshend, Ronnie Lane y Kenney Jones, ex – Faces, Gary Brooker de Procol Harum, los Wings y Dave Edmunds.
Por desgracia, aunque la ayuda de todo lo recaudado por los conciertos evitó la muerte de miles de personas entre 1980 y 1981, la guerra, la pobreza y las precarias condiciones de vida en Camboya se prolongaron durante casi diez años más, hasta que Vietnam se retiró del país en 1989. Pero cinco años antes de que Bob Geldof organizase el Live Aid, el rock cerró la década de los 70 dando un maravilloso ejemplo de solidaridad y generosidad, no siempre suficientemente recordado.