Conocé a Pamela Llosa, el lado sensible del rock peruano

Pamela Llosa es una cantautora peruana que en 2012 sacó un primer disco homónimo que tuvo repercusión en los medios de su país, donde fue catalogada como una joven promesa del rock en español.

Pamela creció rodeada de música por su familia. A los siete años fue solista del coro de su escuela y esto la hizo participar como invitada especial en el coro de niños del Conservatorio Nacional. A los diez años ganó un concurso internacional de talentos de la televisión local, el cual la llevó a representar a su país en España. A la vuelta de eso, empezó a cantar profesionalmente acompañada en principio por el reconocido pianista y compositor peruano Victor Merino. Para los doce años ya había recorrido varios lugares del circuito musical limeño, y a esa edad aprendió a tocar la guitarra y a componer. Al año siguiente estudió, gracias a una beca, teoría musical junto al músico Jorge Madueño. En esos tiempos, con algunas composiciones propias, armó una banda con amigos. Siendo una quinceañera ya era parte de la movida rockera local junto a su banda Wicca. Ese proyecto duró un lustro, pero llegó a participar en festivales al lado de bandas conocidas de su país. Finalizada esa etapa grupal, decidió aventurarse como solista y se enfrascó en un proceso largo pero personal de recolectar viejas composiciones, así como de crear nuevas para su primer disco. A la par, participó de la banda tributo a Pink Floyd, Big Pink. También fue parte de los inicios del proyecto Las Amigas de Nadie, y colaboró con José Arbulú y con la banda Mar de Copas en algunos de sus discos.

Pamela llegó a presentarse, tanto en la capital como en otras ciudades del Perú, con esos proyectos y con su disco solista. Ese trabajo contó con doce temas de su autoría, entre los que Pamela pasea su voz por los latidos de su corazón. En 2016, tomó el ukelele y sacó la cristalina pero no frágil “Ayer te vi”, single que formó parte de la banda sonora de la película Margarita, escrita por Vanessa Saba y dirigida por Frank Pérez Garland.

Ocho años después de su primer disco, Pamela nos comparte “Imperfecto“, adelanto de su segundo trabajo discográfico. La canción fue producida por su ya recurrente colaborador Rafo Arbulú, ganador de una Lengua de MTV y nominado al Grammy Latino en la categoría de Ingeniería de Sonido. Él había grabado y mezclado en el estudio Mega la primera placa discográfica de Pamela, pero se conocen desde el tiempo final de Wicca. Sobre su relación personal y laboral, cuenta ella: “No solo es uno de mis mejores amigos, sino también es como mi mentor. Con él he estudiado música, hemos llevado muchos cursos de Berkley juntos. Es como mi mano derecha y mi otro cerebro en cuanto a plasmar lo que yo quiero plasmar con mis canciones. Mis ideas siempre las respeta. Él no impone, ya que trabaja en equipo y tiene mucha más experiencia que yo”. Acerca de las ideas que viene accionando, dice: “Ultimamente las guitarras solo las hemos grabado Rafo y yo, porque soy guitarrista también. Ahora me gustaría no sobreproducir tanto las canciones, hacerlo con menos arreglos, menos músicos. Más veraz, más transparente, más esencia. De hecho, he dejado la guitarra eléctrica y estoy ahora con la electro-acústica. Componiendo todo y tocando en vivo también”. De eso va el sucesor de su debut, prosigue: “De hecho en el nuevo disco, que espero salga este año, la onda va mucho mas por ahí. Va más con sacar las canciones sin revestirlas tanto, lo mas honestas que sean. Ahora todo es más terrenal, mucho más acústico”.

Los tiempos de Pamela entre una producción y otra son largos, y nos aclara el porqué: “Yo soy una compositora muy emocional, y no suelo ejercitar mi composición como una práctica o de manera técnica. Tengo el conocimiento pero no lo uso de esa manera. Mis canciones salen más en un momento especifico creativo. Y cuando no estoy emocionalmente a ello, simplemente no lo fuerzo. Así que de oficio no soy de forzarme a sacar una fórmula para hacer una canción si es que no me siento con la necesidad de decir algo. Durante mucho tiempo no tuve ganas de decir nada, dicho sea de paso”. Y acota de modo más profundo: “Estaba emocionalmente no disponible para hacer música. E incluso, pensé en renunciar. Finalmente, llevando a cabo varios procesos personales y limpiándome de varias historias que pasé, me pude dar cuenta que no era posible porque es la única razón por la cual, básicamente, estoy viva. Entonces comencé a reconectarme con mi modo de componer, que se volvió más receptivo conmigo misma, con mis errores e imperfecciones”.

Sobre la génesis de este nuevo adelanto, agrega: “‘Imperfecto’ nació hace años, en un espacio de tiempo en el que yo no me sentía muy bien. De hecho para mí es muy importante hablar de salud mental, porque yo no la paso bien por épocas. En ese tiempo me dio un bajón bien fuerte. De repente, como de nada, sentí que podía salir un poco del hoyo y agarré la guitarra y me salió esta canción que me dio la posibilidad de no victimizarme dentro de la porquería que estaba viviendo. Así que la hice en realidad para mí, para darme fuerzas y no pensé nunca editarla ni compartirla porque era muy personal. La tuve escondida un buen tiempo, hasta que comencé a tocarla en vivo. Y como a la gente le gustó mucho, decidí editarla. En el proceso me habrá llevado un mes grabarla en el estudio”.

“Decidí sacarla justo ahora porque, como a mí, en un espacio muy negativo, me ayudó muchísimo. Siento que podía, quizás a alguien, muy humildemente, hacer una diferencia en esta época tan nueva y tan rara, tal vez un poco de esperanza cae como bien. Te empuja un poco a levantarte, a sacudirte las energías oscuras y a seguir… que es lo que, básicamente, hay que hacer ahora, seguir viviendo”, cuenta Pamela. Además, agrega: “Voy a sacar varias canciones más y creo que es una de las más importantes del segundo disco que voy a hacer”. No hay duda que es importante y se acompaña de un lyric video realizado a mano por la ilustradora peruana Adriana Galbani. En él podemos observar algunos detalles personales de Pamela, como la correa que usa para colgarse la guitarra, un cofrecito que tiene (que es de una guitarrita de lata que fue un regalo muy especial) y las uñas con las que toca (de la cual tiene una colección). Algo muy orgánico, que va muy bien con el concepto que está trabajando.

En esta nueva etapa, su sonido ha pasado de ser rockero y potente a ser más honesto y dinámico. A jugar más con las emociones, que jugar con el poder y la energía. Ahora juega con la ternura y con el dolor, no desde la desesperación sino desde el encierro, lo muy interno.