La guerra en el ciberespacio
La guerra en el ciberespacio
¿Debe Obama perdonar a Snowden? ¿Por qué se busca a los filtradores de los correos de Hillary Clinton y se obvia su contenido? ¿Es normal acusar a Rusia de la filtración de documentos de la AMA? Son algunas de las preguntas que Javier Rodríguez Carrasco contestará en esta edición de ‘El Zoom’, en la que también analizará el ‘olvido’ de los papeles de Panamá o el actual escenario de ciberguerra mundial, en el que Internet se ha convertido en un auténtico campo de batalla.
El mayor enfrentamiento que se libra hoy en día se produce en Internet, con lo cual el interés por gobernar la Red cada vez adquiere más importancia. En el ciberespacio, los ataques y las filtraciones de información son el poder necesario para señalar a alguien como ‘el malo’ y permiten obtener intereses estratégicos y distraer a la sociedad mundial.
El presentador de ‘El Zoom’, Javier Rodríguez Carrasco, recuerda uno de los ejemplos más claros de este planteamiento, los papeles de Panamá, cuyo ruido mediático alcanzó a muchas figuras públicas a las cuales “interesaba descalificar”, como el presidente de Rusia, Vladímir Putin.
La cortina de humo de los papeles de Panamá
De todos modos, el hecho de que entre el vasto listado de esos documentos no hubiera ningún estadounidense llama la atención de nuestro presentador, quien tiene curiosidad por saber por qué interesa filtrar unas noticias sí y otras no. Para aclarar este asunto, Rodríguez Carrasco entrevista a Enrique Navarro, un analista y consultor independiente.
Navarro explica que “la filtración interesada de una documentación de tanto valor tiene unos fines que no son de denuncia ni altruistas”. Por lo tanto, los papeles de Panamá “tienen un fin perfectamente planificado y unos objetivos claros”: “obtener algún tipo de beneficio propio y causar perjuicios a algunas personas”.
Para este especialista, hoy en día el ciberespacio es la quinta dimensión de la guerra moderna: un campo de batalla con muchas vulnerabilidades en donde no hay víctimas ni sangre, pero sí información de un valor incalculable. Así, Enrique Navarro destaca que todas las potencias importantes disponen de un mando de ciberdefensa y ciberataque, que emplea ese ‘espacio bélico’ para obtener determinados beneficios o posiciones geoestratégicas.
Una nueva forma de guerra
Desde el punto de vista de Javier Rodríguez Carrasco, los ataques cibernéticos generan tensión e inician una estrategia de juegos mediáticos para desestabilizar al atacante y tratar de ocultar la verdad que salió a la luz.
Un ejemplo de esta situación es el caso de los correos electrónicos secretos de la antigua secretaria de Estado norteamericana y actual candidata demócrata a la Casa Blanca, Hillary Clinton. Tras saltar el escándalo, muchos medios de comunicación no tardaron en “señalar al mensajero”, como sucedió cuando el exempleado de la CIA y de la Agencia Nacional de Seguridad de Estados Unidos (NSA, por sus siglas en inglés), Edward Snowden, filtró los documentos que demostraban que Washington vigila a su propio pueblo, una maniobra por la cual le tacharon de “traidor”.
Adrianna Llongueras, analista de ciberinteligencia estratégica, confirma que “el ciberespacio ha hecho que se cambie la difusión del poder” y estima que estos casos destacados y muchos otros “forman parte del ciberespionaje”.
Esta especialista detalla que, en la Red, “los Estados se tantean” para conocer sus cibercapacidades ofensivas y defensivas, formar alianzas, compartir datos y tecnología e influirse mutuamente. Sin embargo, recuerda que “nadie tiene el poder sobre todo Internet”, una herramienta que “facilita la consecución de objetivos políticos y estratégicos”, pero de la que “todo el mundo tiene una gran dependencia” y que crea “muchas vulnerabilidades”: “por mucho que te protejas, siempre habrá alguien más avanzado que tú”.
Para concluir este espacio, Javier Rodríguez Carrasco confiesa que está “asustado” por “la cantidad de mentiras que se propagan” y el hecho de que algunas personas que “incluso hablan en el atril de la ONU” se muestren como “modelos de conducta”, con lo cual le resulta interesante retratar a quienes ocultan la realidad para que “la verdad pueda salir a la luz”.