José Carlos Botto Cayo
No creo en víctimas,
no creo en victimarios;
creo en verdugos de conciencia,
en deslealtades profanas.
No creo en los juegos
ni en los jugadores,
ni en la vida que se apuesta.
No creo en la amistad,
aquella que se deja
en momentos de crisis.
No creo en la hermandad
si esta no lleva sacrificio
y solo está para ser nombrada.
No creo en los putos juegos,
esos que juegan con las personas,
levantándolas del suelo,
arrojándolas al piso.
Ya no creo en nada;
no creo en mí,
no creo en los que me miran.
¿De qué sirve el mundo
sin lealtades que lo sigan?
¿De qué sirve la amistad
sin lucha?
No creo en mí,
no creo en ti,
no creo en el mundo.
Las opciones son la cuestión:
decisiones diarias,
libertad de elección.
Escoger entre un perro y un muerto:
esa es la cuestión;
todo lo que queda,
libertad de elección.
No creo más en juegos
ni en los Pirineos;
no creo en el tiempo,
ni creo en lo que siento.
Vamos a morir en masa.
No es una invitación,
pero sí tu libertad de elección.
Fuente: Botto Cayo, J. C. (s.f.). Bottocayo. Obtenido de https://bottocayo.com/