José Carlos Botto Cayo
Si he de escribir,
no es para que me entiendan,
solo para dejarme fluir.
No es necesario escribir hermoso,
ni pensar en los premios,
solo dejarse fluir y fluir,
para que las canciones
crezcan como árboles en invierno.
De niño escribía cuadernos,
tomaba lo que me sobraba del mundo
y construía no historias…
aquellas realidades que nos atormentan.
Mientras crecía,
las hojas cambiaron sus mensajes.
…Modernos jeroglíficos los llamaría…
Sí, cambiaron al código invierno,
tomando lo sucio del mundo,
disolviéndolo en poesía.
¿Eres poeta?
Al menos, yo no lo soy. ¿Y ustedes?
Descubrí en el tiempo
que solo dejándose fluir
uno puede crear belleza.
El no pensar,
el no fingir,
el no alardear,
son partes de un fluir:
dejar que el alma recorra las venas
para transformarse en tinta de sangre
que deje en la piel su recuerdo.
No es para ti quien escribo,
pero quizás entiendas:
lo azul de la vida
son los acordes del tiempo,
acompañadores de sentimientos
en canciones de invierno.
