Jose Carlos Botto Cayo
Las pisadas asoman,
como gotas de lluvia,
hablando en zumbidos
que el agua deja en su camino.
Cada paso resuena,
memoria de lo ido,
y en la piedra, la noche
guarda el secreto del destino.
Bajo la bruma oscura,
se enciende un desvarío;
la sombra se arrodilla
al borde frío del río.
Y en tu mirada del ayer
veo las praderas del alma,
que en sueños consumo
mientras la memoria me llama.
Soy la calma, la tempestad,
el silencio en este universo,
que nos consume con las miradas
de los ángeles eternos.
Fuente: Botto Cayo, J. C. (s.f.). Bottocayo. Obtenido de https://bottocayo.com/