José Carlos Botto Cayo
Los tiempos idos se acercan,
como sombra que no avisa.
Tocan el alma en silencio
y se van, sin dejar prisa.
Aquellos recuerdos callan
más fuerte que la palabra.
Son gestos que no se dicen,
pero el corazón los guarda.
El tiempo no mira de frente;
sólo en reojo nos pasa.
Sabe que si nos tocara
se rompería la casa.
Las palabras van volando,
sin fecha, sin dirección.
Y el tiempo —mudo testigo—
nos observa, sin perdón.
Fuente: Botto Cayo, J. C. (s.f.). Bottocayo. Obtenido de https://bottocayo.com/