José Carlos Botto Cayo
El tren se aleja…
Lentamente,
suavemente,
con su llanto,
avanza en la oscuridad,
como el dulce veneno del amor.
En el misterio de su viaje,
entra a tierras lejanas,
vacías como heridas de desamor.
El tren canta la sirena:
vacío nocturno
donde las almas son sordas
como el llanto de un ex amor.
Tren solitario,
viajando en las arenas del tiempo,
¡cuán alejado vas,
olvidando placeres mundanos!
Amante olvidado por el tiempo,
que vas dejando tu llanto…
lejos…
lejos…
como un tren con coraza de acero.