Acción Popular: La doctrina de Fernando Belaúnde Terry para el Perú

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Acción Popular: La doctrina de Fernando Belaúnde Terry para el Perú

José Carlos Botto Cayo

Acción Popular es un partido político peruano fundado en 1956 por Fernando Belaúnde Terry. Surgió como una alternativa a las corrientes políticas tradicionales, buscando una vía de desarrollo nacional basada en las raíces históricas y culturales del Perú.

La doctrina de Acción Popular se inspiró en gran medida en el pasado incaico del país, proponiendo un modelo de desarrollo que combinara la sabiduría ancestral con las técnicas modernas. Belaúnde Terry, como líder del partido, llegó a la presidencia del Perú en dos ocasiones: de 1963 a 1968 y de 1980 a 1985.

La conquista del Perú por los peruanos

El lema central de la doctrina de Acción Popular era “la conquista del Perú por los peruanos”. Esta idea implicaba que el desarrollo del país debía ser impulsado por sus propios ciudadanos, aprovechando los recursos y la cultura nacional. Belaúnde argumentaba que el Perú contenía en su propio suelo la fuente de inspiración para una doctrina de desarrollo nacional.

Esta filosofía se basaba en la creencia de que los peruanos tenían la capacidad y el deber de resolver sus propios problemas y construir su futuro. Belaúnde rechazaba la dependencia de modelos extranjeros y abogaba por soluciones adaptadas a la realidad peruana.

La “conquista del Perú por los peruanos” también implicaba una revalorización de la cultura y la historia nacional. Belaúnde buscaba despertar un sentido de orgullo y responsabilidad en los ciudadanos, motivándolos a participar activamente en el desarrollo de su país.

Inspiración en el pasado incaico

Belaúnde encontró en el Imperio Inca un modelo de organización social y económica que podía inspirar soluciones para los problemas contemporáneos del Perú. Admiraba especialmente la capacidad de los incas para sincronizar el crecimiento humano con la expansión agrícola, logrando erradicar el hambre en su territorio.

El líder de Acción Popular veía en el pasado incaico un ejemplo de planificación eficiente y justicia social. Destacaba cómo los incas habían logrado asegurar a cada ciudadano un pedazo de tierra suficiente para sustentarlo, creando un sistema que garantizaba el bienestar de toda la población.

Esta mirada hacia el pasado no era un simple ejercicio de nostalgia, sino una búsqueda de principios y métodos que pudieran aplicarse en el Perú moderno. Belaúnde creía que combinando estas enseñanzas ancestrales con la tecnología y el conocimiento contemporáneos, se podría lograr un desarrollo más equitativo y sostenible.

Reforma agraria y desarrollo rural

Una de las principales políticas de Acción Popular fue la reforma agraria. Belaúnde buscaba redistribuir la tierra y proporcionar a los campesinos los medios para desarrollarla. Esta política incluía la mecanización de la agricultura y la provisión de equipos a las comunidades rurales.

La reforma agraria de Belaúnde se diferenciaba de otros modelos en su enfoque gradual y su respeto por la propiedad privada. No se trataba de una expropiación masiva, sino de un proceso de redistribución que buscaba beneficiar tanto a los campesinos sin tierra como a los pequeños y medianos propietarios.

Además de la redistribución de tierras, el plan de desarrollo rural de Acción Popular incluía programas de capacitación, acceso a créditos y mejora de la infraestructura en las zonas rurales. El objetivo era no solo entregar tierras, sino también proporcionar las herramientas necesarias para que los campesinos pudieran hacerlas productivas.

Construcción de caminos y participación popular

Belaúnde daba gran importancia a la construcción de caminos como medio para integrar el país. Inspirándose nuevamente en los incas y su red de caminos, propuso un ambicioso plan de infraestructura vial. Además, promovía la participación activa de las comunidades en estos proyectos, siguiendo el modelo de “acción popular” que daba nombre a su partido.

El plan de construcción de caminos tenía un doble propósito: por un lado, mejorar la conectividad y el desarrollo económico del país; por otro, fomentar la participación ciudadana y el sentido de comunidad. Belaúnde creía que involucrando a las comunidades en la construcción de su propia infraestructura, se fortalecería el tejido social y el compromiso cívico.

Este enfoque de participación popular se extendía más allá de la construcción de caminos. Belaúnde promovía la idea de que el desarrollo nacional era una tarea compartida entre el gobierno y los ciudadanos. Fomentaba la creación de cooperativas, juntas vecinales y otras formas de organización comunitaria para abordar los problemas locales.

Política económica y social

En el ámbito económico, Belaúnde abogaba por un sistema de crédito accesible para las clases media y trabajadora. Buscaba dirigir el capital hacia la solución de problemas sociales urgentes y promovía una “nueva filosofía en la fijación de precios” que partiera del bienestar humano.

Su visión económica combinaba elementos de libre mercado con una fuerte intervención estatal en áreas clave. Belaúnde creía en la importancia de la inversión privada, pero también en la necesidad de que el Estado jugara un papel activo en la promoción del desarrollo y la justicia social.

Una de sus propuestas más innovadoras fue la creación de un sistema hipotecario accesible para la clase media y trabajadora. Belaúnde argumentaba que el acceso a la vivienda propia era fundamental para el progreso social y económico, y que el Estado debía facilitar este acceso a través de políticas crediticias favorables.

Relaciones internacionales y recursos naturales

En cuanto a las relaciones internacionales, Belaúnde promovía la unidad latinoamericana para enfrentar los desafíos del desarrollo. Fue crítico con la Alianza para el Progreso, argumentando que la ayuda debía ser más inmediata y menos burocrática.

Un punto crucial de su gobierno fue el enfrentamiento con las compañías petroleras extranjeras. Belaúnde buscó renegociar los contratos existentes o nacionalizar los yacimientos, argumentando que los acuerdos previos eran ilegales y perjudiciales para el Perú.