‘Lupin’: la temporada 2 de la serie de Netflix sube el nivel para el esperado enfrentamiento entre Assane y…
‘Lupin’: la temporada 2 de la serie de Netflix sube el nivel para el esperado enfrentamiento entre Assane y…
Estoy seguro de que ni siquiera Netflix confiaba en que ‘Lupin’ fuera a convertirse en un fenómeno mundial como ha acabado siendo. Es cierto que Omar Sy era un actor con cierta proyección internacional, pero de ahí a arrasar hasta el punto de superar las cifras de ‘Gambito de dama’ y ‘Los Bridgerton’ hay un trecho importante.
Además, sus seguidores no han tenido que esperar demasiado para poder ver la Parte 2 que llega a Netflix este viernes 11 de junio. Otros cinco episodios más que llegan con la promesa de servir para dar cierre a la historia de orígenes de su protagonista y a su venganza contra Pellegrini. Eso lleva a que la intensidad aumente de forma notable, sin que eso suponga sacrificar en ningún momento su faceta de gran entretenimiento.
Elevando la intensidad
Ya en la primera parte de ‘Lupin’ quedaba claro que la serie exigía cierta ingenuidad por parte del espectador para poder creerse y disfrutar de las peculiares habilidades de Assane Diop. Eso es algo en lo que se reincide aquí, siendo especialmente llamativo en el último episodio, lo que llevará a que algunos desconecten por la imposibilidad de que esto suceda o esa persona reaccione de esa manera.
A fin de cuentas, el personaje interpretado por Sy tiene mucho de ilusionista y algunos de sus trucos requieren de una actitud hasta cierto punto ingenua del espectador. No es algo que suceda con todo lo que hace, pero lo que ayuda a que Diop sea un personaje especial depende de dejar el cinismo a un lado y aceptar que estamos ante un relato tramposo por su propia naturaleza.
Esta Parte 2 no es ajena a ello, empezando por la forma de solucionar todo lo relacionado con el secuestro de Raoul y extendiéndose de forma más o menos pronunciada en todos los pasos que va dando su protagonista para hacer justicia. Aquí no importa tanto la empatía que tengamos con él como la predisposición que mostremos a dejarnos llevar.
Para potenciar eso, George McKay, showrunner de ‘Lupin’, opta por un enfoque más directo e intenso que en todo momento da la sensación de estar encaminado a acercarse cada vez más a Pellegrini, incluso cuando surge algún contratiempo imprevisto. Ese ayuda a que el espectador se sumerja más en el juego que propone la serie, ya que las desventuras de Diop tienen más nervio, transmitiendo así mejor que hay algo realmente en juego y que el chicle no se va a estirar sin necesidad.
Mejor acompañado
Además, también se consigue dar algo más de entidad a otros personajes, cosa que en la Parte 1 no terminaba de suceder. Es cierto que Sy sigue siendo la estrella indiscutible, pero aquí se aprovecha mejor a otros jugadores de la partida para que al final no quede todo supeditado a ver cómo la lía o se libra de algo el protagonista. Y eso aprovechando a los ya existentes en lugar de incluir más sin necesidad.
Eso también redunda en que la conexión entre todo lo que va sucediendo sea mayor, consecuencia directa casi siempre de lo que hemos visto apenas unos minutos antes. Eso permite a la serie crecer en esa faceta, ya que la anterior tanda de episodios funcionaba mucho mejor cuando apostaba por lo juguetón, pero no terminaba de despegar cuando tocaba ponerse más serios. Que el villano interpretado por Hervé Pierre gane presencia tengo claro que es una de las claves.
Arsène Lupin, caballero ladrón
Además, hace eso sin llegar a renunciar a su lado más lúdico, porque puede que todo sea más arriesgado y que el protagonista esté entre la espada y la pared en más de un momento, pero sigue siendo el Assane Diop que nos había conquistado. Lo único que ahora los peligros son mayores y hay que amoldarse a esa nueva realidad.
En resumidas cuentas
La serie de Netflix ha subido el nivel respecto a la primera tanda de episodios para completar la primera etapa en la historia de Assane Diop. Habrá que ver cuál es el camino a seguir a partir de ahora, pero que sigan contando conmigo para verlo.